lunes, 30 de noviembre de 2020

Leyendo: La inútil lectura

Cualquier libro que hable de lectura, me atrapa desde la portada. Y cualquier libro escrito por Carlos Skliar es una tentación que se me ofrece.

Publiqué una primera reseña en mi cuenta de IG, pero quiero pasarla al blog, para que perdure.



La inútil lectura
Waldhuter
2019

Carlos Skliar es uno de mis autores favoritos. En 2019 me llegaron dos libros de él, este y "Pedagogías de las diferencias" que me resta terminar (creo que no lo termino porque no quiero dejar a Skliar hasta tener otro libro de él que me acompañe)

Especialista en pedagogía, literatura y filosofía, es investigador del CONICET y docente de la FLACSO. Se graduó en Fonoaudiología, realizó un doctorado en Fonología y Problemas de la Comunicación Humana en la UMSA. Justamente, se especializa en la comunicación, y sobre todo en aquella que nos atañe a los educadores.

Su extensa obra combina una reflexión fronteriza entre la literatura, la pedagogía y la filosofía. Ha publicado libros que hacen de la poética y el ensayo su principal fórmula de escritura. Desde sus inicios en el campo específico de la educación especial, su preocupación central ha estado involucrada en las formas de vinculación pedagógica con las diferencias. Sus primeras investigaciones indagaron los problemas en la comunicación con niños sordos, cuestión que lo ha ido encontrando comprometido con la problemática ético política, de la alteridad en la educación. De aquí que una de sus preocupaciones fundamentales también esté centrada en el lenguaje, particularmente en su relevancia filosófico literaria y no psicológica, didáctica o sociológica.

Leer a este autor es siempre un aprendizaje. Y en medio de la pandemia, leerlo es un acompañamiento, un sostén.

También es para mí, un "pensarme con otro", que me permite avanzar en el camino de la lectura, de la mediación, de la docencia.

Lo recomiendo. (también buscarlo en su facebook y en las charlas que se encuentran en youtube)

Este libro me resultó en algún punto, pesado, o lento. Esto tiene que ver quizás con que sentía que se repetía en algunas cosas, y también con la edición que me confundía un poco. La tipografía tiene pocas diferencias, entre lo que dice y entre lo que se quiere resaltar, no hay casi títulos o separaciones, pareciera un monólogo del autor, y creo que es un poco eso. Solo que como lectora a veces se necesitan más guías. 

Sin embargo, es un libro que recomiendo, a aquellos que transformamos la lectura en una profesión en sí misma.

En el inicio dice cosas como estas:
 "Qué absurdo haber perdido tanto tiempo con aquel libro.
Qué manera de abandonarme, de extraviarme, de ausentarme, habiendo tanto para decir y por hacer
Qué forma tan insulsa y egoísta la de pasar las horas leyendo un libro, como si la realidad no me exigiera una y otra vez estar alerta a la información, al clima, al tránsito, a los dislates de los presidentes, a la suba y baja de las bolsas de valores, al perro que se reencontró con su dueño en medio de aullidos de alegrías, a las sombra extraña fijada en la catedral de un país escandinavo, a los dimes y diretes de una estrella de televisión que yo jamás había visto antes, a los horóscopos hechos a medida, al nuevo modelo de teléfono , a la compra-venta de almas.
Qué insignificancia la mía, pretender huir hacia la periferia de la realidad, asumir esta pose infame del ensueño y encontrar allí refugio egocéntrico para la soledad."
El libro hay que disfrutarlo con tiempo, hay que dejarlo macerar en las palabras, hay que reposarlo para que sedimente, y que se llene de marcas y subrayados.

Justamente  plantea la lectura como una inutilidad, como un leer sin finalidad, como perderse en ella, y al mismo tiempo, en ese devenir, encontrarse.

Creo firmemente en muchas de estas páginas
"Aprender a leer en voz alta, para levantar con la saliva toda palabra desperdigada. Aprender a soñar, pronunciando en voz alta para espantar a los fantasmas. Aprender a releer.
Aprender que la lectura es un silencio-aullido que nos hacer regresar, atónitos y afónicos, hacia los laberintos sin salida.
Leer para encontrar la escritura de un mundo anterior, inabordable, que nos precede, encoge y acoge.
Así, poder ser pequeños dos veces y entender que no somos nosotros quienes deberíamos abrirnos paso en el mundo, sino que es nuestro yo- nuestra fragilidad- quien debe dejar paso al mundo."

 Cuando leemos nos encontramos en otro lado, en otros....

"Leer es darnos cuenta de que hay más vidas posibles de las que somos capaces de vivir y de pensar. Vidas relatadas más allá de nuestro relato. Vidas que están al alcance de la mano, es decir, al alcance de la lectura."

Leer, pero no leer cualquier cosa, o sí...

Es cierto que se pueden leer los horóscopos, los periódicos, los libros de autoayuda, las memorias de quienes todavía no tienen recuerdos, las biografías no autorizadas, los avatares personalistas de la política, los best-seller, las historias de vida de los personajes de la farándula, los mensajes de individuos o grupos por los móviles, etcétera. Y también en cierto que todo ello es leer, aunque no es tan claro que todo ello sea, por cierto, lectura. 

Y mientras sigo leyendo me quedo con estas ideas...

En fin, quizás hoy el leer sea una fuente utilitaria de informaciones donde el deseo o la experiencia de la lectura no cumpla ningún papel esencial. 
O todo lo contrario: la lectura seguirá siendo esa experiencia a la vez singular y comunitaria, en voz baja y a alta voz, que seguirá confesando secretos que, de otro modo, jamás llegarían a nuestros oídos, a nuestro mundo, a nuestra vida: secretos quizás inútiles, entre otras virtudes que habrá que destacar y, por cierto, celebrar.
Y para terminar, este blog está por esto, por esto nació, por esto perdura a pesar de sus dificultades, por eso estamos acá para "leer el mundo"
Leer para seguir estando en este mundo y esta vida. O bien, leer más allá del mundo y de la vida que nos ha tocado en- buena o mala - suerte, leer para otro mundo y para otra vida.

Y Carlos como siempre me da pie, para seguir leyendo.