jueves, 24 de marzo de 2022

Leyendo Memoria: 24 de Marzo de 2022

 El 24 de Marzo se conmemora en Argentina "El día de Memoria, la verdad y la Justicia" . 

Para algunxs es un día especialmente sensible, en el que nos miramos en las palabras de otrxs para recordar lo que hemos perdido.

Hay una entrada anterior en donde pueden leer también sobre este día.

Les dejo algunos textos que pueden llevar al aula, compartir y conversar. Algo que considero indispensable (sea cuál se la materia que nos corresponda, siempre podemos hacer memoria
)




Ana María Ponce, fue una detenida, desaparecida que nos dejó sus poemas escritos en la ESMA (la Escuela de Mecánica de la Armada). Loli, como la conocían sus compañeros, nació en San Luis el 10 de junio de 1952. En su casa se hablaba de política: su abuelo fue fundador del Partido Laborista y sus padres profesores universitarios. Se recibió de maestra en la escuela pública, siendo medalla de oro de su promoción. Continuó su formación en la Universidad de la Plata. Allí encontró su gran compromiso: la militancia por una sociedad más justa, que vivió desde las filas de la Juventud Peronista y en la Federación Universitaria de la Revolución Nacional (FURN).

El 18 de julio de 1977, fue secuestrada y llevada a la ESMA. Fue vista con vida hasta el lunes de carnaval de 1978. Ese día se la llevaron. Ella intuyó algo y dejó su tesoro de palabras en papel a su compañera de cautiverio Graciela Daleo, quien logró sacarlos.

1976, en una cárcel de Uruguay: Pájaros prohibidos. 

Eduardo Galeano


Los presos políticos uruguayos no pueden hablar sin permiso, silbar, sonreír, cantar, caminar rápido ni saludar a otro preso. Tampoco pueden dibujar ni recibir dibujos de mujeres embarazadas, parejas, mariposas, estrellas ni pájaros. Didaskó Pérez, maestro de escuela, torturado y preso por “tener ideas ideológicas”, recibe, un domingo la visita de su hija Milay, de cinco años. La hija le trae un dibujo de pájaros. Los censores se lo rompen a la entrada de la cárcel. Al domingo siguiente Milay le trae un dibujo de árboles. Los árboles no están prohibidos y el dibujo pasa. Didaskó le elogia la obra y le pregunta por los circulitos de colores que aparecen en las copas de los árboles, muchos pequeños círculos entre las ramas:
 –¿ Son naranjas? ¿Qué frutos son? 

La niña lo hace callar: 

–Ssshhhh. 

Y en secreto le explica:

 –Bobo. ¿No ves que son ojos? Los ojos de los pájaros que te traje a escondidas. 





El mar y la serpiente. Paula Bombara. 
Colección Zona Libre. Norma

— ¿Y vos que hacías mientras estabas secuestrada?
- Pensaba en vos…
-…
- Trataba de no volverme loca.
- ¿Loca?
- Sí, loca ¿Te acordás de la serpiente?
- ¿La serpiente de trapo?
- Ésa.
- Sí, me acuerdo.
- Bueno , la serpiente te la hice yo mientras estaba en el pozo.
-¡¿…?!
-En el pozo vivíamos a oscuras, en celdas muy chiquitas que tenían una puerta de hierro inmensa.
-…
- Una vez necesitaban coser unos pantalones y los torturadores me preguntaron si sabía coser. Yo dije que sí. Cualquier actividad era un descanso.
-¿Cómo un descanso?
- Claro, hija. Nosotros vivíamos en esas celdas muertos de miedo y de hambre…Sucios, débiles, oliendo a pis, a sangre a podredumbre…Todo estaba húmedo y frío..Nunca había silencio, siempre gritos torturas, llantos…Era horrible…

(pág 79-80)



La tristeza de las cosas
MJ Ferrada

La tristeza de las cosas es diferente a la nuestra.

Lloran discretamente. Es una tristeza pequeña

pero definitiva.

De tu reloj, tus lápices, tu abrigo, tu pañuelo,

las sábanas de tu cama, tus libros, brotaba algo

parecido a las lágrimas



Entre 1973 y mediado de la década de los

ochenta, más de 3000 chilenos y chilenas

salieron de sus casas, lugares de estudio

o lugares de trabajo y no regresaron.



Lápices, máquinas de escribir, cuadernos,

paraguas, camisas, fueron abandonados para siempre sobre escritorios, las mesas,

los armarios.



Ocupados en nuestro propio dolor, nadie

reparó en la tristeza de las cosas.


A los que no volvieron.


María José Ferrada

“La tristeza de las cosas”. Ed Amanuta.

Ilustraciones de Pep Carrió.

Niños. Textos de María José Ferrada. Ilustraciones de Jorge Quien. Grafito Ediciones

 

…y la memoria de los niños ejecutados

y detenidos desaparecidos durante la dictadura chilena

 

Jessica

 

Ese día se dedicó a mirar a las hormigas

Llevaban una miga en la espalda

y caminaban por la mesa hasta perderse en un rincón.

 

Cuando nadie la miraba, deshizo un pan

Y lo dejó en el uelo junto a una pequeña carta.

Solo usando una lupa se podía leer:

 

“-Un regalo, para el próximo invierno”.

 

Jessica,ejecutada 9 años.

 

Sergio

 

Esa primavera decidió que sembraría palabras en una maceta.

Que regaría con cuidado la semilla.

Pasarían las estaciones.

 

Las miraría florecer.

 

Sergio , detenido , desaparecido 11 años.

 

 

Cosas de pajarito

Mauricio Rosencof, Ilustraciones de Nora Hilb

Mágicas Naranjas.

 

Mauricio era un dirigente Tupamaro, y estuvo detenido 11 años en Uruguay hasta el fin de la Dictadura. Escribió esto para su hija en la prisión.

 

Los pícaros pájaros

 

Se han escondido

     en tus ojitos

los pícaros

       pájaros

de las travesuras.

 

Será por eso

    que tus diabluras

son cosas

   de pajarito

             Mauricio Rosencof

 


Eduardo Galeano: La puerta

(A Carlos, que después de esta historia,
ya en plena democracia,
volvió a prisión por el delito de ser periodista.)



En una barraca, por pura casualidad, Carlos Fasano encontró la puerta de la celda donde había estado preso.
Durante la dictadura militar uruguaya, él había pasado seis años conversando con un ratón y con esa puerta de la celda número 282. El ratón se escabullía y volvía cuando quería, pero la puerta estaba siempre. Carlos la conocía mejor que la palma de su mano. No bien la vio, reconoció los tajos que él había cavado con la cuchara, y las manchas, las viejas manchas de la madera, que eran los mapas de los países secretos adonde él había viajado a lo largo de cada día de encierro.
Esa puerta y las puertas de todas las otras celdas fueron a parar a la barraca que las compró, cuando la cárcel se convirtió en shopping center. El centro de reclusión pasó a ser un centro de consumo y ya sus prisiones no encerraban gente, sino trajes de Armani, perfumes de Dior y videos de Panasonic.
Cuando Carlos descubrió su puerta, decidió quedársela. Pero las puertas de las celdas se habían puesto de moda en Punta del Este, y el dueño de la barraca exigió un precio imposible. Carlos regateó y regateó hasta que por fin, con la ayuda de algunos amigos, pudo pagarla. Y con la ayuda de otros amigos, pudo llevarla: más de un musculoso fue necesario para acarrear aquella mole de madera y hierro, invulnerable a los años y a las fugas, hasta la casa de Carlos, en las quebradas de Cuchilla Pereira.
Allí se alza, ahora, la puerta. Está clavada en lo alto de una loma verde, rodeada de verderías, de cara al sol. Cada mañana el sol ilumina la puerta, y en la puerta el cartel que dice: Prohibido cerrar.



La ilustración se llama" La puerta al exterior " y es de  Egon Schiele (1890-1918),  la hizo el pintor austriaco en los veinticuatro días que pasó en la cárcel por culpa de sus dibujos eróticos.

En honor a mi padre, preso político, en sus días de cárcel.

PD: Les dejo acá en pdf para imprimir los fragmentos que les compartí para que los puedan descargar.



martes, 8 de marzo de 2022

Leyendo mujeres: #8M

María Elena Walsh


María Elena Walsh
Buenos Aires
Argentina
1930-2011



Vengo a decir que en los rincones
más difíciles del planeta
están cantando las mujeres
con voz de pueblo escarmentado.
Se supone que vociferan
para morir un poco menos.


Solo el dolor, la fiebre, el odio,
el desafío y la desgracia,
sólo una luz inofensiva
cantan las mujeres que cantan.


Fadistas de Portugal,
enlutadísimas de España,
reclinadas segando siegan
espirales de rabia y queja,
liquidan su ración de sueño
con furiosa maternidad.


Coyas, princesas miserables
de una América de arpillera,
queman ancestro alcoholizado
en lamentos como cuchilladas.
Hay que dejarse herir, caer
en su dolor, amar su llanto
y comprobar cómo la tierra
busca sus desolados huesos.


Brujas pálidas de Oriente,
lustradas hechiceras de África,
custodias de padecimientos,
celebrantes de la miseria
que lamentan inútilmente
fatalidades ordenadas
por dioses vanos y hombres crueles.


Les asignaron sed atávica,
desesperada obligación,
y ellas amenazan morir
en repertorios de quejido,
de belleza perdonadora.


Sólo vengo a decir que cantan
y que el mundo no se arrepiente
de sus gargantas infernales,
de sus corazones prohibidos.


Sólo vengo a decir que acaso
nos están echando la culpa


María Elena Walsh
("Las que cantan")


Susana Thénon
Buenos Aires
Argentina
1935-1991

¿POR QUÉ GRITA ESA MUJER ?


¿por qué grita esa mujer?

¿por qué grita?

¿por qué grita esa mujer?

andá a saber




esa mujer ¿por qué grita?

andá a saber

mirá que flores bonitas

¿por qué grita?

jacintos margaritas

¿por qué?

¿por qué qué?

¿por qué grita esa mujer?


¿y esa mujer?

¿y esa mujer?

vaya a saber

estará loca esa mujer

mirá mirá los espejitos

¿será por su corcel?

andá a saber



¿y dónde oíste

la palabra corcel?

es un secreto esa mujer

¿por qué grita?

mirá las margaritas

la mujer

espejitos

pajaritas

que no cantan

¿por qué grita?

que no vuelan

¿por qué grita?

que no estorban

la mujer

y esa mujer

¿y estaba loca mujer?

Ya no grita


(¿te acordás de esa mujer?


Susana Thénon













lunes, 7 de marzo de 2022

¡Basta! (microrrelatos contra la violencia de género)



El tema de la violencia de género está presente en las noticias, en la sociedad, en lo cotidiano.

Es por eso que debemos hacerle un espacio en las aulas para conversarlo, para educarnos, para poder darle palabras a lo que antes no nombrábamos

Estos tres libros son una presencia continua en mis talleres, y en los espacios que comparto con alumnos de secundaria.

El primero que llegó a mí. ¡Basta! + de 100 mujeres contra la violencia de género, con Pía Barros como compiladora, es una versión chilena publicada en Asterión en la Colección La Luna de Venegas. Me fue presentado en 2013, en ocasión del Foro del Libro y la Lectura que organiza la Fundación Mempo Giardinelli en Resistencia, justamente por Pía Barros.

Les aseguro que es uno de los que SIEMPRE me piden a préstamo, en general, mis alumnas mujeres para quedarse leyendo.

Dice Pía Barros (escritora, y editora), en su presentación:

Breves palabras

En un mundo donde ya  a nadie espanta la feminización de la pobreza, donde la hambruna, las guerras, las migraciones, la desidia, la escasa voluntad política minimizan la problemática de género, nos planteamos la necesidad de enfrentar las diversas formas de la violencia desde la cretaividada. Desde la escritura.

No fue difícil encontrar cien escritoras que quisieran enfrentarse al desafío de ciento cincuenta palabras como máximo para contar una historia. Algunas se disculparon por su poca familiaridad con las formas brevísimas y otras, lamentablemente, llegaron después de la fecha límite de la recepción. Esto último demuestra que son varios cientos las escritoras de nuestro país y deja manifiesta otra forma de la violencia de género, la invisibilización de la creatividad de las mujeres.

Aquí poetas y narradoras se dan la mano, porque estoy convencida de que la literatura cambia el entorno que toca, ya sea por reflexión, efecto espejo o simplemente por la belleza. Somos construcciones culturales esa construcción se hace con el lenguaje. Verbalizar, nombrar, es en sí una nuevva creación de mundo, de ese mundo al que aspiramos, un universo no sexista, donde nadie sobre y donde todas y todos seamos imprescindibles.

...

Me parece esencial nombrar, poner en palabras esto que nos sucede a cotidiano, o que leemos a cotidiano, que nos toca, pero de otra manera, de manera literaria. En realidad el desafío de estos microrrelatos es ese, dar voz y decir, a veces de una manera poética, lo que nos duele y lastima.

Les dejo algunos

de Ema Hernández (de Santiago, participa de los Talleres de Narrativa de la I Municipalidad de Maipú, publicado en la antología del taller)

Disfraces

María con su traje de dueña de casa se apresura en los quehaceres.
Martín con su traje de escolar, estudia en su pieza
Raúl con su traje de oficina llega a la casa
La comida aún no está lista. Martín no me ha saludado y un perro cagó en la entrada
Comienza la discusión:
Raúl se pone su traje de verdugo
María se pone su traje de víctima
Martín se pone su traje de superhéroe

de Mariana Marini (psicóloga, narradora y poeta)

Constelaciones familiares

 A mí me pasó lo mismo que a mi madre, y a ella, lo mismo que a la abuela. La abuela no dijo nada, mi madre no dijo nada, yo no dije nada. A mi abuela le sucedió en los años 50, a mi madre en los 70, a mí hace 20 años. Mi madre es medio hermana de mi abuela, y yo, media hermana de mi madre.

de Silvia Rodriguez (poeta radicada en Talca. Su último libro es "Diario de una Cesante")

Cuando ella no está

 Cuando una mujer muere, se evapora un trozo de calle, el tráfico se torna lento, los semáforos se detiene, duelen los úteros, los embriones, los brazos, los profetas silencian, el soldado olvida su misión, un infante deja de jugar, las cosechas entristecen, una estrella se oxida, las lenguas hablan un solo idioma, universo y tierra dejan de girar.
 Cuando una mujer muere, nace una soledad de orfandía, se angustian las flores, nace una pérdida, una desesperación, un abismo infernal, se disecan restos de sangre, se quiebran las miradas, algo se adelgaza, se retuerce, se revuelca, se quema. Aquí dentro muy adentro. Cuando una mujer muere.


 Cien microrrelatos, que hablan de tantas cosas, el travesticidio, la violación, la violencia en el hogar, las desigualdades, los estereotipos. Tanto que nombrar, para que no se repita.

Hace un par de años me topé en la Feria del Libro, de casualidad, con dos versiones argentinas.

Publicado por Macedonia Ediciones: "¡Basta! Cien mujeres contra la violencia de género" y la versión masculina "¡Basta! Cien hombres contra la violencia de género" con Edicion de Amor Hernández, Fabián Vique Leandro Hidalgo, Miriam Di Gerónimo y Sandra Bianchi

Les copio un segmento de la presentación de la primera

Cien formas de decir ¡basta!

En los últimos años se ha globalizado el término "femicidio", esta palabra nueva que ingresa a la lengua condensa historias viejas porque designa nada menos que los asesinatos perpetrados a mujeres por diversas violencias de género. Las estadísticas y la reiteración con las que se conoce y se hace más y más visible este triste fenómeno, que comienza con agresiones y puede finalizar con la muerte de sus víctimas son estremecedoras
...
Que la palabra centuplicada de este libro se transforme en acción, en empatía, en abrazo literario y reparador.
                                Amor Hernández, Fabián Vique, Leandro Hidalgo, Miriam Di Gerónimo y Sandra Bianchi


Ana María Shua, Betina González, María Rosa Lojo, Gloria Pampillo, y tantas más son algunas de las mujeres que participaron.

Entre ellas me encontré con una mujer que para mí fue muy especial: Graciela Susana Puente, mi profesora en el colegio secundario (escritora y Doctora en Letras), a la que reencontré con mucho placer, en este texto:

Con dudas

"No es nada", se dijo, "ya pasó". 
  Ahuecó las alas, había sangre en las plumas. Se limpió en un charco, pero no pudo sacar las huellas. "¿No es nada? Esta vez fue demasiado. Pensó
 Vio un jacarandá con flores. Intentó llegar. Pero no logró cobrar altura y otra vez fue alcanzada y pisoteada.
 Un chico que pasaba la vio en la vereda, la levantó y la llevó a su casa.
 "A lo mejor, pensó

Les dejo otros:
Amalia Vargas
MIRE BIEN A MIS HIJOS

     La comisaría parecía vacía, sólo se escuchaba la televisión encendida. Un oficial desde lejos y sin mirarme, me dijo: ¿qué necesita?. Le conté de los golpes en la cabeza para que no se me notaran las marcas de las violaciones, de las amenazas de matarme y matarse, de los gritos, del arma en la mesita de luz.
    El policía me escuchó y preguntó: ¿Señora usted es casada? Pensé que me iba a tomar en serio al ver que lo era. Le dije: Sí, legalmente estoy casada con él, tengo libreta de matrimonio y todo. Y opinó: Señora, es su marido nomás quien le pega. Todavía lo recuerdo, todavía me duele.
    Retrocedí espantada, lo miré y le grité: ¡Sabe, quiero que mire bien a mis hijos! Mire bien a mis hijos porque si me mata, le pido a usted que los atienda, por favor ¡Mire bien a mis hijos! Y me fui.

María Rosa Lojo
Como el agua

Ella era como el agua. Se escurría, se infiltraba, descendía y trepaba. Se derramaba, crecía, cantaba, cambiaba con los colores de la luz. Alimentaba, refrescaba, danzaba, invisible debajo de la tierra.
     Ella era como el agua. Avanzaba, brotaba, invadía, sumergía, bramaba. Rodaba desde la cumbre hasta el abismo.
    Ella no lo sabía, ella no se sabía. Se dejó meter en un frasco pequeño. Se dejó guardar en un estanque oscuro. Dejó que la pudieran el veneno y los hongos.
    No la reconocían, no se reconocía. Una mañana, el limpió la basura del estante olvidado y la tiró.

Betina Goransky
AMOR SOBRE TODO

Aprieto las manos hasta poner rojos los nudillos, duele, pero menos que mi alma.
    —Amor — dice acongojado—. Esperaba tu llamada. No se repetirá. Me saqué; estoy muy presionado, te necesito; no me dejes.
    Voy al baño con un nudo en la garganta. Me mojo la cara para apartar los pensamientos perturbadores. ¡No, Mara, que todo se repite!
    La escena permanece en mi retina: diez dedos marcados en mi cuello, moretones azules en mis brazos, el dolor de las costillas que me hace perder el aliento.
    El timbre. ¡Es él! El amor golpea de nuevo en mi pecho; el pasado se desdibuja, y una rueda da vueltas en mi cerebro, cambiando todo de lugar.
Va a estar bien, me digo. Al abrir la puerta se escuchan dos sonidos, el disparo y mi cabeza la golpear contra el suelo.
    Todo va a estar bien, insisto. Mi último pensamiento es una disculpa.

Ana María Shua
187

Las mujeres no hablamos de negocios, sobretodo con la lengua atravesada por alfileres al rojo, con los labios sellados con plomo derretido, con la cara hundida en una olla de margarina hirviente ni se nos ocurre hablar (de negocios) a las mujeres.

En último libro (de los que tengo, sé que hay más y en otros lugares de Latinoamérica) las historias fueron escritas por 100 hombres. Se suman voces desde distintos sectores y distintos lugares de Argentina. Les comparto también alguno de esos breves textos que me obligó a detenerme

Daniel Fermani (docente, dramaturgo, y director de teatro)

Cielo túrbido

Miró el cielo, era de color violeta, casi morado. Color obispo, se le ocurrió. Y enseguida se dijo que el cielo no podía ser de ese color. Lo pensó o lo supo. Abrió bien los ojos y levantó la cabeza. Levantó la cabeza y levantó el busto. No. No era el cielo. Era el rostro del travesti con el cual había pasado la noche. El mismo que le había dicho te amo después de hacer el amor. El mismo que había masacrado a golpes. Porque le había dicho te amo, y él era un hombre.

Cuando llevé estos pequeños libros, que caben en la palma de una mano, para leer con mis alumnos de secundaria siempre se hace un inmenso silencio y me piden más...luego de lo cual pasamos a la charla, a decir y decirnos.

La  última vez que los llevé al aula fue en ocasión de la previa, a la marcha "Ni una menos", y varios me preguntaron si eran historias reales.

Les contesté que era ficción.  

Es preocupante, que nos falte tanto para que dejen de ser historias tan reales.