miércoles, 25 de enero de 2023

Los libros que me encontraron en el 2022. Parte I





Como todos los años, dedico una entrada a comentar mis lecturas a lo largo del año.

Una necesidad. Desequilibrio. Un recorrido.

El año pasado volvió a hacerlo en el blog así que pueden leer la entrada en este sitio

Intentaré hacer otra entrada para los libros álbum e ilustrados. El año pasado la encuentran acá.

Coleccionar libros, coleccionar lecturas, coleccionar citas. De eso se trata mi año.

"La literatura es un lugar en el que llueve. He dedicado buena parte de mi vida a coleccionar chubascos literarios. Me he quemado las pestañas buscando citas. La frase es arcaica, lo sé. Es más vieja que yo, viene de cuando se leía con velas. Pero las pestañas de los grandes lectores se siguen quemando. Ahora se queman por autocombustión. Arden al advertir la lumbre de los textos."

En Conferencia sobre la lluvia Juan Villoro. Ed Almadía 

Cuando escribo listados y los comparto, siento que estoy conversando con otros lectores y otras lectoras (del mismo modo que cuando escribo una reseña). Un intercambio en dónde los libros son la excusa. Para mi leer es una forma de encuentro.

"Hablamos para tejer un vínculo, escribimos para dar forma a un mundo incierto, para salir de las nieblas iluminando un rincón de nuestro mundo mental. Una palabra hablada es una interacción real, una palabra escrita modifica el imaginario"

 En "Escribí soles de noche. Literatura y Resiliencia" Boris Cyrulnik

Al reseñar me gusta contar como llegan a mí los libros. Encontré este texto de Juan Villoro que quizás me sirva para explicarlo:


"Lo más importante de los libros son las manos que los entregan... No debería hablar de eso... He ordenado una biblioteca a lo largo de mi vida y los libros han desordenado mi vida."

                                                                                                                  Juan Villoro 


He leído mucho este año (más de 120 libros sin contar los álbumes o ilustrados). Más o menos como el año anterior, y el anterior a ese. (Quizás no tanto como en 2018 pero la vida antes de la pandemia fue otra vida. )

Me gusta sentir que voy madurando como lectora. Si algo no me gusta lo dejo (sin remordimiento). Aún cuando venga muy recomendado. 

Esta entrada es una foto a la que volveré el año próximo y en la que intentaré reconocerme.

Las redes están inundadas de retos, de listas, de gente que publica sus lecturas. Y a veces la necesidad de "ser parte" provoca buscar nuevos libros, seguir un nuevo autor o autora que deberíamos leer. Las novedades siempre aparecen más iluminadas que los clásicos. 

Es bueno irse por los caminos de montaña o los senderos de tierra menos transitados, y ver con qué nos encontramos. Recorrer estantes de bibliotecas, librerías de viejos, y tener entre sus contactos a quienes son avezados guías en el terreno. 

Me enteré que existe algo que se llama Síndrome FOMO (Fear of missing out).  El temor a dejar pasar algo, o a perderse algo (que puede aplicarse a muchas cosas). 

No puedo negar que a veces siento la presión de leer aquello que otros u otras están leyendo . O lo opuesto, me siento un poco sola al leer algo que no muchos están leyendo o escogerían entre sus lecturas (amo las biografías, los libros de mediación, de pedagogía, y también leo ciencia). ¿Les pasa?

 



Van entonces mis lecturas favoritas. 

Volví a un clásico que leí en mi adolescencia. Fue una experiencia fabulosa. Un poco volví porque hubo un club de lectura al que me quise sumar. Pero otro poco volví porque la profe de literatura del colegio donde trabajo (Ceci) se la dio a leer a mis estudiantes, me encantó que estuviéramos conectados en esa lectura. Fue como si volviera a mi adolescencia y a esa lectura espontánea que hice. (se los comenté en clase, leímos partes en clase, les presté mi libro nuevo que acababa de comprarme en esa edición fabulosa).

Y acá una aclaración, intenté leerlo primero en audio, porque no lo tenía en papel. Pero necesitaba encontrarme con estas frases que me enamoraron, sobre la página:

"Era ese tiempo de la canícula, cuando el aire de agosto sopla caliente, envenenado por el olor podrido de las saponarias. El camino subía y bajaba; "sube o baja según se va o se viene. Para el que va, sube; para el que viene baja". -¿Cómo dice usted que se llama el pueblo que se ve allá abajo? -Comala, señor."


Así que al cabo de unos días, fui a la librería y pedí un ejemplar. Para conservar.

Justo era esta edición aniversario que no puede más de bella.

Tiene también los cuentos de "El llano en llamas" que no terminé de leer.


Una lectura que es también relectura. Este libro de ensayos de Graciela Montes, realmente es un imprescindible para quienes amamos la lectura. Docentes, familias, gestores culturales, quienes hacen de la lectura una experiencia para compartir. 

Reúne diversos temas. Nos ayuda a formularnos preguntas, y a mí me obsequió algunas respuestas que estaba buscando:

"Los argumentos que se dan en favor de la lectura suelen ser del tipo tranquilizador. La lectura da acceso al saber. La lectura favorece la apropiación de la lengua. La lectura da a uno la posibilidad de criticar, de pensarse. La lectura ensancha horizontes, permite la polifonía cultural, lo hace ingresar a uno a círculos de pertenencia cada vez más amplios. La lectura es eficaz socialmente, un excelente instrumento para otros logros.

Todos esos argumentos son ciertos. Y, sin embargo, la lectura es algo más y algo mucho menos tranquilizador, o tan tranquilizador como asomarse a un abismo. La lectura lo pone a uno frente al acertijo. Lo "perplejea" digamos (pido permiso para un neologismo). Lo deja al borde de la inminencia. Y es ese acertijo, esa inminencia, esa primera oscuridad con la que uno confronta lo que lo lleva a leer, justamente." (p.33)


Tuve un año muy Leila. Sus libros son altamente recomendables. Zona de obras, Opus Gelber, Como una guerra, Plano americano. Todos esos fueron los que recorrí este año (algunos están reseñados acá o en el IG). Y solo quiero seguir leyéndola. 

Cuando tuve que elegir uno me quedé con este. Hubo momentos en que lloré al leerlo. Es una narración en modo crónica de una competencia de Malambo. Pero también es la historia de una persona común que hace grandes cosas. Narrado con un lenguaje exquisito. Lo leí en digital, queda pendiente conseguirlo en papel para darle el lugar que se merece en mi biblioteca.

La siguiente es la primera novela de una autora que siempre recomiendo, María José Ferrada (poeta, escritora, persona bella). "Kramp" , Emecé. En cuanto me enteré que se publicó en Bs As corrí a comprarla (creo que fue Yael Frankel quien me lo dijo, ¡qué lectora abundante es esta genial ilustradora!). 

Narra la peculiar relación entre una hija y su padre, viajante que vende productos de ferretería marca Kramp. En medio de la dictadura chilena y con lo que eso significa. 

 "Los trayectos que más me gustaban eran los de vuelta. Y no era porque al terminar la carretera quedara mi casa, sino por el efecto lumínico que se producía al final de las tardes y que lo simplificaba todo. A esa hora, el mundo se parecía a la maqueta que había visto en una de las tantas ferreterías que visitábamos."

                                              María José Ferrada. Kramp. Cap XXII


 

Este libro de Ursula K Le Guin," El nombre del mundo es bosque" me resultó maravilloso. Una novela de ciencia ficción, la conquista de un planeta, la destrucción (la aniquilación de ese bosque, con una mirada feminista y ecologista que la hace absolutamente actual.

 

Ursula K Le Guin es una autora que no he leído suficiente y que me propongo seguir leyendo. Pero este libro llegó en un momento en que lo necesitaba.

 

Debo esta lectura a Cecilia, la profe de literatura del Liceo.  Este año el proyecto con cuarto año, relacionaba literatura y ciencia (en clase de Ecología), me dijo que debería leerlo y me lo pasó de la biblioteca escolar. Claro que luego de terminarlo me lo quise comprar así que este es mi ejemplar propio.
 

De una autora argentina "Criaturas dispersas". Natalia Gelós . Un libro que combina literatura científica con un aire poético. Textos breves que hablan de los animales, la naturaleza, datos reales atravesados por la vida misma. Me sorprendió. De la editorial Leteo, también local, tiene el plus de la ilustración que lo hace absolutamente apetecible.

Este fue el único libro que leí del Club Carbono. Un Club de lectura que es gratuito, y que reúne algunas editoriales argentinas. Nos llega un mail con recomendaciones de lecturas mensuales. Podés o no seguirlas (no te envían el libro sino que lo comprás si es tu deseo). Había visto el libro en una librería, antes de saber que sería elegido y me llamó la atención por el tema. La coincidencia hizo que me decidiera por él.

Otro valor agregado fue que tenemos con algunas y algunos  un grupo de whatsapp en dónde comentamos lo que leemos. (que nacío a partir de ...este club pero creció a su propio aire)  En 2022 organizaron algunas concurrentes,  un encuentro por meet con la autora. Algo inesperado y gratificante.

Las lecturas que nos habilitan ventanas al mundo, suelen quedarse con nosotras (no por nada este blog se llama "Leyendo el mundo")


" El corazón del daño" de María Negroni, no había leído nada. Este libro venía muy recomendado y ¡con razón!. La escritura de Negroni me resultó subyugante. El tema, la relación madre-hija me rozó por su proximidad. Pero además habla de la escritura, del viaje, de la persistencia, me atrapó de principio a fin y se ganó unos cuantos subrayados.





 Elegir un libro de poesía fue difícil. Hasta último momento estuve dudando si me decidía por este de Cristina Peri Rossi, u otro de Edith Vera. Podrían ser ambos. "Detente, instante eres tan bello" Poesía reunida. Publicado por Editorial Caballo Negro, tiene un poema al que amo volver: 


Cortejo

La ballenas cantan canciones a través de los océanos

y nunca se repiten.

Son canciones de cortejo

se escuchan a diez mil millas de distancia.

¿No iba yo a invocar tu nombre

a través de los océanos de las avenidas

a través de las misteriosas estelas de los astros

a través de los autos y las urbanizaciones

a través de las plazas de estacionamiento

y la rambla que limita al mar

y su desembocadura?



Cristina es una autora uruguaya , exiliada en España durante la dictadura, cuya obra reunida se publicó recientemente. 

Su poesía es una manera de posicionarse en el mundo, y un modo de permanecer en él. 

En mis redes cada día o cada semana, compartía poesía. 

Edith Vera es una autora argentina cuya obra reunida fue publicada por primera vez en esta misma editorial (Caballo Negro editora, en conjunto con Eduvim) algo que festejamos con alegría.  "El silbido de vientos lejanos", reúne toda su obra (una tarea nada sencilla) y contiene poemas como este;

Estamos 
aquí 
acurrucados, 
para dejar 
espacio 
al vuelo 
de los pájaros

Creo que no es suficientemente conocida. Llegó a mí gracias a mi amigo Sergio Andricaín (cubano residente en Miami que hace unos años buscaba un ejemplar de su obra, en una visita a Buenos Aires). A partir de ese momento intenté conseguir todo lo que se publicaba de ella (tengo un ejemplar facsimilar que publicó Eduvim, y un par de ensayos acerca de su obra, el último de Apócrifa editorial de Villa María , Córdoba). Sueño con visitar ese lugar de ´Córdoba donde vivió para conocer un poco más de ella.


Quería escoger algo de variedad, por eso va una Novela Juvenil (entre otras que leí que también fueron memorables)  "La evolución de Calpurnia Tate" 

Este libro me llegó desde el otro lado del Atlántico. No lo hubiera conocido si Marta (narradora española) y Esther (librera y bióloga) no me lo hubieran recomendado. Creo que debemos leerlo en clase con nuestras estudiantes, y que puede aportar mucho más que el
acercamiento a la ciencia. Habla de una niña que en un siglo en que la mujer era relegada quiere aprender ciencia. (les dejo la reseña).

Leí hermosas novelas juveniles "Mi amigo Luki-Live", "Mi hermana vive en la repisa de la chimenea" son algunas que me vienen a la mente. No son "para jóvenes", sino para cualquier persona que disfruta leer literatura. Se las recomiendo.

"Sofoco" un libro de cuentos de una autora colombiana Laura Ortiz Gómez . Editorial Concreto

Lo escogí entre otros porque me sorprendió su escritura. Las historias exploran la sensualidad y tienen una atmósfera especial, que solo puede ocurrir en nuestra región. Me permitieron una exploración a paisajes desconocidos, pero a su vez con una resonancia familiar.

Es un libro que compré en la Feria de Editores por recomendación de Ceci Rodríguez mediadora y psicóloga uruguaya. Me contó que lo había compartido en su club de lectura. No necesité más que eso para desear tenerlo. No me defraudó.


Este año tuve la dicha de  descubrir a escritoras fabulosas. Claire Keegan (me encantó "Tres Luces"y "Antártida"), Tatiana Tibuleac (me fascinó "El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes", una fuerza narrativa y una delicadeza en el lenguaje). Natalia Guinzburg (Leí de ella "Las pequeñas virtudes"), Annie Ernaux (leí dos libros de ella y quería seguir),  Berta Dávila (una autora contemporánea que conocí en "Carrusel", otra de las novelas que me entusiasmó este año). Vivian Gornick ("Apegos feroces" me acompañó a la par de otras lecturas y se quedó en mí). Tillie Olsen ("Silencios" me encantó y también "Dime una adivinanza")

Leí mucho más en digital (todo lo que les mencioné arriba fue leído en el celular en una aplicación digital que se contrata y se llama Bookmate, algunos también en Leamos, lo mismo pero local)

Otra vez me quedé pendiente de leer más teatro. La poesía ocupó cada uno de mis días. La novela gráfica una hermana menor a quien aún le falta ganar protagonismo. De hecho hubo algunas que me gustaron pero no las llegué a incluir porque no siento que me cambiaran la vida.

Pero ha sido un  hermoso recorrido.

Lo más importante es que me ha dejado amigos libros, y personas amigas.

Dos categorías que a veces se me hacen una.

Gracias por leerme.