domingo, 21 de abril de 2024

Leyendo. "El día de la Tierra"

 




El Día de la Tierra, oficialmente es un día celebrado en muchos países el 22 de abril de cada año. Destinado a crear una conciencia sobre los problemas de la sobrepoblación , la contaminación , la conservación de la biodiversidad , el calentamiento global y otras preocupaciones ambientales para proteger la Tierra . Es un día para rendir homenaje y reconocer a la Tierra como nuestro hogar, así como lo han expresado distintas culturas a lo largo de la historia, demostrando la interdependencia entre sus muchos ecosistemas y los seres vivos que la habitamos.

Considere que la concientización sobre los efectos que provocan en este nuestro único hogar habitable debería ser tema de conversación en las aulas. Más allá de la materia que demos, o el nivel educativo en que trabajamos.

Para conservar el ambiente, hay que tener conciencia de lo que hay en él. Por eso me parece que los libros sobre biodiversidad son una oportunidad de exploración, sino que resulta que hablamos de un tema que nos resulta abstracto y hasta lejano. Mientras todavía pensamos que los caranchos son especies ajenas a las ciudades, introducidas para cazar palomas, y no reconocemos a las verdaderas especies introducidas y el riesgo de no proteger a nuestras nativas.

Por otro lado también entiendo que a veces la literatura nos abre posibilidades de conversar y crear conciencia, así que converso tanto de literatura científica como ficcional en esta entrada. Y recomiendo ambas.

Les podré mostrar varios libros pero puedo resaltar algunos que me parecen además bellos:

Wangari y los árboles de la paz publicados por  Ediciones Ekaré. Una historia real, que puede llevarnos a leer sobre Wangari y su trabajo en África. Reparando zonas desertizadas a causa de la explotación forestal.






El hilo invisible de la naturaleza,  Libros del Zorro Rojo, que siempre sorprende y genera curiosidad entre mis estudiantes de Ecología. Y nos permite hablar de muchos temas mientras escuchamos una historia bien contada. También con bellas ilustraciones.




¿Qué es un río? De Océano. Cuenta la historia de un río…con todo lo que lleva trae y contiene.




Zoolibro de Ekaré que tiene unas ilustraciones preciosas de Marije Tolman y detalles curiosos.




Nacimientos bestiales , ilustrado mágicamente por Aina Bestard de Zahorí Libros


El ratón y la montaña es una hermosa fábula escrita por Gramsci e ilustrada por Laia Domènech que encontró el año pasado en la feria del libro. Publicado por Akal me enamoró absolutamente.



Por otro lado la literatura nos da mucho para charlar:


De Ursula K Le Guin comparto “Los que abandonan Omelas” Ese cuento crudo, que golpea. Y la novela “El nombre del mundo es bosque”, tan potente, que además de la destrucción de los ambientes habla del colonialismo, de las cuestiones de género y más.




El cuento “La cucaracha” de Javier Villafañe, puede ser una metáfora para hablar de como podemos dañar lo que nos rodea.

Acabo de leer “La lluvia indecisa” de Mia Couto y sorprendí de como habla de la contaminación, y de tantas cosas, en un modo poético.


“Imposible equilibrio” de Mempo Giardinelli, incorpora el tema de la introducción de especies en un ambiente natural, y es también la descripción de nuestra ignorancia.

“Distancia de rescate” también nos permite hablar del daño ambiental. Y siempre es una literatura que incomoda la de Samantha Schwebling.




Tendría que incluir poesía, Ursula también escribió poesía, también amamos a Wislawa Szymborska, pero una de las que más llevo a las aulas es Mary Oliver.



Les dejo también alternativas de ensayos sobre el tema.




sábado, 13 de abril de 2024

Leyendo 2018: "Una infancia en el país de los libros"



(Como dice en el título esta fue una lectura de 2018 que nunca terminé de publicar en mi blog. En este año me propongo activar este espacio y dar cuenta de muchos libros que me parecen necesarios en él.)

Leer a Michèle Petit es para mí una forma de encontrarme. 

A veces una lectura nos permite descubrirnos, porque nos sentimos identificados, en sensaciones o en pensamientos. Y a veces nos trae recuerdos de nuestra propia vida, algunos olvidados, como los de nuestros inicios lectores.

Leyendo, conocí a otra Michèle.

En este libro nos cuenta algunos detalles privados, que ayudan a entender mejor su recorrido, su pasado y su presente.

Y también me permitió reflejarme en el espejo de hoy, y en el de ayer. En esa relación de amor por los libros, que perdura.

"Los libros no solo sirven para leer"


Cuenta que una vez forró un libro para simular con él un misal. Ella que no iba a catequesis.


Compartimos 
la pasión por las historietas. Fue leerla y recordarme, en una habitación pequeña, prestada, leyéndolas. Historietas que mi vecino me daba para que me entretuviera mientras guardaba a que mi madre volviera del trabajo. Con las piernas colgando, mientras el día se oscurecía, yo vivía a muchos kilómetros de distancia.

 "Gracias a las historietas me fugaba a toda velocidad" 

Creo que también leí al Pato Donald por eso, esas fueron mis primeras historias cuando comenzaba a leer, las que me compró mi padre antes del exilio, y me daba para leer en el auto mientras lo esperaba. Nunca conocí a Tintín, eso sí, hasta llegar a adulta. 

Nos cuenta su fascinación por las imágenes:

"Lo cierto es que durante mucho tiempo el texto fue para mí sólo un complemento de las imágenes..." 

Entendiendo por qué, aún hoy, Michèle comparte bellas imágenes en las redes sociales. Imágenes que siempre nos motivan a observar y volver a compartir.

De su paso por el Liceo francés nos cuenta:

"Yo hundía la cabeza entre los hombros, afanándome en hacerme lo más plano posible, en que nada mío llamara la atención"

Y acá me vuelvo a encontrar, cuántas fuimos tímidas en el paso por la escuela, antes de que la vida nos empuje a mostrarnos. Y aún así...

Muchas de las aventuras en la vida real, primero se le presentan en los libros. Como los exploradores, los que aprendieron a "leer el mundo"

 "Leía el mundo, este se agrandaba y yo me colaba en él"

(como dice luego en su libro "Leer el mundo", del cual tomé el nombre para este blog)

Leer, como el inicio de una novela, su llegada a América, sus pasos de actriz. Escribe de una forma poética su desarraigo en el capítulo "Américas"

 "En los libros recogí abundante material para hacer del mundo un lugar más habitable y sin embargo aún no había leído nada o casi nada. El mundo de los libros se abría ante mí". 

Dice quien se dedica a investigar sobre la lectura. Quien nos abre nuevos caminos y por eso le estamos tan agradecidas. El primer libro que leí y me abrió la posibilidad de acercar lecturas a otros/otras fue escrito por ella.

" El arte, la literatura, acercan lo que habitualmente está separado, como el oso polar y la selva virgen, y esas vecindades poseen una fuerza poética"

Al leer este libro viajé a un continente, recorrí distintos paisajes y también conocí de otra manera una persona que admiro.

Pero principalmente, este libro, renovó mis ganas de leer.

domingo, 31 de marzo de 2024

Leyendo: La guerra de Malvinas

 



Ilustración de Luis Scafati.

Este 2 de abril se recuerda la guerra que involucró a la Argentina y el Reino Unido por la soberanía de este archipiélago, así como las Islas Georgias y Sándwich del Sur.


Les dejo algunas lecturas que recogen parte de nuestra historia. Así como ya hice en otras entradas 

Pero también en esta búsqueda encontré algunos recursos que quizás sirvan para llevar al aula.



– “Tito nunca más” un cuento  de Mempo Giardinelli que está incluído en este libro



(el libro llegó a las escuelas con el plan de lectura BA)

http://planlectura.educ.ar/pdf/malvinas /tito_nunca_mas.pdf

-“No dejes que una bomba destruya el clavel de la bandeja” de Esteban Valentino. Un cuento que también se puede descargar.

http://planlectura.educ.ar/pdf/malvinas/no_dejes_que_una_bomba….pdf

– “Nadar de pie” de Sandra Comino, creo que fue el primer libro que leí sobre Malvinas. Sandra es una autora argentina que siempre recomiendo.





http: //planlectura.educ.ar/pdf/malvinas/nadar_de_pie.pdf Como una guerra https://www.educ.ar/recursos/158193/como-una-guerra-de-andres-sobico-y-paula-adamo 

Un libro álbum que se puede llevar desde primaria a secundaria, y que aunque descatalogado, puede descargarse.




Tinkuy lanzó hace muy poco un juego que se llama Contame Malvinas, que habla de la fauna y de la flora de ese lugar para nosotros distante, que nos permite hablar de las islas. Aún no lo vi personalmente, pero se los agrego porque me parece que incluye otra perspectiva que puede ser una posibilidad para explorar el tema con chicos más pequeños en un aula. Un juego con imágenes que invita a contar historias. (Tinkuy tiene otros Contame que pueden explorar en su página, con otras temáticas) https://tinkuy.com.ar/malvinas/ 





Buscando otra lectura que había visto sobre Malvinas en formato Novela Gráfica o Libro Ilustrado me topé con esta. Turba, una novela gráfica sobre Malvinas, de Lauri Fernández. La publicación es de Hotel de las Ideas





Les agrega un enlace con una galería de Arte sobre Malvinas. Escultores, pintores, algunos conocidos y otros no, transforman en Arte la historia. (De ahí saqué la ilustración de Scafati que usé de portada)


https://observatoriomalvinas.legisrn.gov.ar/malvinas-una-galeria-de-arte-sobre-las-islas-de-marta-minujin-y-clorindo -testa-a-tute-y-scafati/ 


Un libro que cambió mi perspectiva sobre la guerra fue La otra guerra de Leila Guerriero. Publicado por Anagrama, narra la historia del Cementerio que está en las Islas y cómo el gobierno militar ocultó información a los familiares de los soldados enterrados ahí. Al final de la guerra, el ejército inglés, encargó a un oficial identificar a los soldados caídos y enterrados en ese cementerio. La información que fue compartida con el Gobierno Argentino nunca llegó a las familias. Que mucho tiempo después no tenían información acerca de cómo habían muerto sus seres queridos. Con la pluma de Leila, que siempre me conmueve, una historia que para mí había permanecido oculta. 



Las otras islas Antología. Buenos Aires, Alfaguara, 2012. Marcelo Birmajer, Liliana Bodoc, Pablo De Santis, Juan Forn, Inés Garland, Pablo Ramos, Eduardo Sacheri, Patricia Suárez y Esteban Valentino escriben cuentos y relatos sobre Malvinas.  No lo leí pero los autores prometen.




En mi búsqueda también encontré bibliografía sobre la guerra, que quizás les sea de utilidad a quienes sean docentes.

https://www.argentina.gob.ar/malvinas-nos-une/bibliografia-malvinas


Y recursos de Educ.ar para pensar Malvinas

https://www.educ.ar/recursos/92494/pensar-malvinas/


Y les dejo esta entrada en dónde se habla de las mujeres. Las veteranas de Malvinas, tantas veces silenciadas


https://www.educ.ar/recursos/151292/veteranas

Si lo desean, agreguen en esta entradas los recursos propios (encontré muchos otros libros pero quisiera seguir conociéndolos, así que tendré que tener más tiempo para contarles)

jueves, 15 de febrero de 2024

Leyendo a Carlos Skliar. Celebrar la conversación


   


Una conversación comienza cuando puede, en cualquier momento, y jamás acaba, en tanto la memoria suele recomponerla o reconstruirla frágilmente, en fragmentos que nunca serán transparentes con lo dicho, pero siempre podrán ser recomposiciones de un encuentro.
un experimento de diálogo según el cual las partes toman turnos, aguardan, preguntan y responden con una alternancia serena y premeditada.

     Una conversación es la unidad mínima de una comunidad de amistades, cuya síntesis es la afección, el tumulto, la superposición, el desborde.

     Una conversación no tiene tema específico. Si de verdad se conversa, enseguida el tema se deriva hacia la deriva y su resultado es siempre la perplejidad al preguntarnos de qué estábamos conversando.

     Una conversación es un conglomerado de rostros, gestos, voces y silencios. Es el cuerpo el que conversa, no el conocimiento previo. Una pregunta arquea el cuerpo y una posible respuesta lo inclina hacia delante. Las palabras inesperadas sacuden, despiertan, encienden, desesperan, revuelven, sorprenden, calman.

    Una conversación es lo contrario de aquel “porque lo digo yo”. El “yo” no tiene ninguna trascendencia en la conversación porque se diluye en la potencia de “nosotros”.
Una conversación tiene como límite extremo la indiferencia, el abandono, el quitar el cuerpo, el irse.
Una conversación no busca acuerdos o desacuerdos, agradar o desagradar, sino tensiones entre dos biografías que se presentan a la hora de encontrarse. Una conversación se reúne, por lo menos, a dos fragilidades. Solo la confesión de una mutua fragilidad –es decir: lo que no se sabe, lo que no se puede– inaugura una relación conversadora.

    

    Una conversación es una atmósfera irrecuperable, pero de la cual sobrevive un recuerdo borroso de un texto, de una voz o su más absoluta nitidez.

    Una conversación es, esencialmente, un gesto pedagógico, en tanto educar pueda ser comprendido como el modo de conversar a propósito de qué haremos con el mundo y con la vida.

    Como gesto pedagógico, conversar se dirige no tanto a aquello que las cosas son, sino a aquello que hay en las cosas.


    Existe una relación directa entre conocer y conversar.
Como bien lo expresa Michael Oakeshott: “La búsqueda del conocimiento no es una carrera en la que los competidores se disputan el primer puesto, ni siquiera es un debate o un simposio; es una conversación (…) Una conversación no necesita un director, no sigue un rumbo determinado de antemano, no nos preguntamos para qué 'sirve' y no juzgamos su excelencia teniendo en cuenta su conclusión; no tiene conclusión, sino que siempre queda para otro día. No se impone su integración, sino que surge de la calidad de las voces que tienen la palabra, y su valor está en los recuerdos que va dejando en la mente de quienes participan de ella”.

    Se conversa, por ejemplo, no tanto sobre un texto sino sobre sus efectos en uno y otro, se conversa no tanto sobre un saber sino sobre sus resonancias en nosotros, se conversa no para saber sino para mantener tensas las dudas esenciales: el amor, la muerte, el destino, el amor, el tiempo.

    Una conversación, al fin, abre una brecha en el tiempo; lo perfora, lo detiene, crea una pausa necesaria, es paréntesis . Y es la única materia de la que está hecha la posibilidad de ausentarse de la urgencia y de la prisa y de hacer comunidad.

    Una conversación no resuelve la soledad originaria con la que venimos al mundo y nos despedimos de él, pero es su aliada incondicional. La soledad y la conversación no solo no son contradictorias, sino que se nutren mutuamente: se conversa con los demás y con uno mismo.

    Una conversación no tiene que ver con el indigno ponerse en el lugar del otro. Ese es el lugar del otro. Lo que la conversación habilita es el intento de narrar ese lugar, de hacerlo más hondo, quizás más transparente. Pero seguirá siendo, siempre, el lugar del otro.
 La educación, como ya fue dicho, es el enclave de la conversación. Por más que hagamos de las escuelas sitios tecnificados y de mero lucro, lo que sostiene a la comunidad es la potencia de la conversación. Y viceversa.

  

Siempre Carlos haciéndome pensar desde las palabras.

Y hoy también encontré en sus redes.
Se los dejo.

Iba a escribir algo a propósito del comienzo de las clases. Algo sobre la educación como posibilidad de recomienzo y acontecimiento: que las formas y los lugares de nacimiento no determinan los múltiples destinos que las vidas pueden tomar gracias a las comunidades y experiencias educativas. Pero parece que ni comienzo de clases, ni recomienzo de destinos. Todo está puesto ahora bajo la óptica del gasto y no bajo la crucial construcción de lo público y lo común. Como si no hubiera otra cosa que “arreglárselas como bien o mal se pueda”. Ya sabemos por la historia de la humanidad qué ocurre cuando todo queda librado al azar maléfico del mercado, quienes se las arreglan bien y quienes no pueden hacerlo. Maestras y maestros deben recibir un salario acorde con la función que cumplen y que tantas y tantos suelen enunciar rápidamente como esencial, prioritario, trascendental. Los alimentos deben llegar sí o sí a las escuelas para que haya posibilidades de vivir, estudiar, pensar, sentir, hacer. Los medios de transporte deben ser grandes para que educadores y estudiantes puedan llegar a las instituciones. Y todo ello compite al Estado, no a los individuos. Ojalá todo pueda comenzar y recomendar, sí, pero no de cualquier modo.