domingo, 30 de junio de 2019

Leyendo 2019: 24 Señales para reconocer a un alien



Autora: Juliana Muñoz Toro
Ilustraciones: Elizabeth Builes Carmona
Editorial: Tragaluz


Libro bellísimo que me llegó este año, de la mano de una recomendación de mi amiga Barbi Couto.


" Dentro de papá vive un alien pequeñito que lo controla. Por eso hace cosas que no me gustan.Por eso se comporta como si fuera de otro planeta. Le grita a mamá y a mi casi no me habla. Da órdenes cuando llega del trabajo. Tiene hambre todo el tiempo...Su plan es conquistar el mundo y debe empezar con nosotros" 

Benjamin (Ben) es un niño que nos cuenta como intenta descubrir mediante señales cotidianas que su papá ya no es su papá. Que un extraterrestre le tomó el corazón y lo domina.

La autora logra con maestría contar esta historia construida de inocencia y asombro. Juliana periodista y bogotana, decidió dedicarse a la ficción. Este su primer libro, y resultó ganador del premio Tragaluz, y fue seleccionado en la lista The White Ravenns.

Es impecable, y se nota que fue resultado de un largo trabajo de escritura. Cuidado en cada detalle. Desde el índice en donde nos enumera, estas 24 señales que le sirven para descubrir a ese alien, o antes, en el prólogo donde nos anuncia que se va a tomar algunas libertades al escribir, "pienso que a veces es divertido romper un poco las reglas para que el lector esté más cerca de las ideas extraterrestres que alguien tiene en la cabeza cuando escribe un libro."





Capítulo a capítulo, escuchamos una voz infantil que nos va contando lo que ocurre puertas adentro de esa casa. En donde la mamá, usa peluca, y siempre está nerviosa, y el papá se comporta como si una alien lo habitara.

"Con su cabeza de balón de fútbol mamá se parece más a un extraterrestre que papá. Pero solo por fuera. Se le cae el pelo porque papá la debilita con su energía de alien. O los dos son marcianos y me adoptaron cuando llegaron a este planeta."

Una historia que encierra violencia y también soledad. 

"Cuando no andan poniéndome sobrenombres estúpidos o cuando no tengo que comer granadilla de onces, los recreos son lo mejor de ir a la escuela. A veces deseo no volver a ir, así como hizo papá cuando tenía mi edad. Él sí quería estudiar, pero no podía. Eso me dijo un día, Benajmín, deje de quejarse, usted o sabe lo que es que su padre o vuelvva a la casa en meses y que le toque dejar los estudios para ir a trabajar en un bar organizando sillas y limpiando el piso y poder llevarle comida a los hermanos menores."

Juliana nos lo cuenta sin agobio . Gestando personajes que tienen sus altas y sus bajas, sus grises, como todos. Con la inocencia infantil y con toques de humor. Como con esa gallina Pascuala que se cree gato. 

A mí me resultó revelador, angustiante y divertido. Todo al mismo tiempo.

La historia se repite, como vemos cuando Ben habla con su padre, de su abuelo...

"Pascuala se sube a la mesa y me picotea suavecito la cabeza, como si buscara piojos. Yo le acaricio la cresta ¿Por eso lo odiabas papá? Él casi nunca estaba, no lo conocía bien para decir que lo odiaba. ¿Lo extrañabas? Al principio sí porque era mi padre, pero de niño siempre pensé que era un extraterrestre"


Según cuenta la autora, la referencia al padre-alien, apareció de la imagen de "Men in black" (Hombres de negro). La película con Will Smith, donde el alienígena pequeñito aparece en la cabeza del joyero...y le permitió  hablar de esos comportamientos " raros" con naturalidad. 

Los personajes tienen carnadura propia, nos parece conocerlos muy bien. Nos hablan de Colombia, de este sitio tan cercano y tan lejano, a la vez. Se tratan de usted, (algo que es muy común aún entre padres e hijos, y a mí, me sorprendió muchísimo), comen "granadilla de onces" en lo que sería la merienda escolar para nosotros, (la granadilla es una fruta deliciosa desconocida para nosotros,  que Ben no disfruta nada, la descripción que hace de ella les permitirá conocerla). 

La ilustración también aporta inocencia, liviandad y los tonos cálidos y grises...siguen la trama



La edición es fabulosa. Tapa dura. El papel. La tipografía. Los detalles de las guardas y las hojas en blanco...para anotar "tus señales"

No es un libro para niños pequeños. Lo recomiendo para niños grandes. Y para cualquiera que no sea un niño/niña. Me recordó a "Son Tumikes"...otro libro que reseñé por acá, escrito por Sebastián Vargas, y que trata de aliens. Otro libro bellísimo que recomiendo lean los niños con sus padres.