domingo, 18 de diciembre de 2016

La historia de B.



Esta es una historia, que son varias, entrelazadas por la literatura.


   
Leí este libro: Lucía, no tardes, de Sandra Siemens en las vacaciones  pasadas.





Me pareció una historia poderosa, sobre la migración, el desarraigo, la soledad. Poética y muy bien contada. La disfruté, me emocioné, y quise recomendarla.

En uno de mis cursos donde enseño, esta ella, una alumna muy lectora de 14 años que me dijo que odia biología, (no es personal, me aclaró) pero que disfruta los cuentos que leemos.

Cuando lo leí, supe que se lo tenía que prestar, más porque se llama como uno de los personajes del libro.

Nos reencontramos después del receso y le dije que le iba a traer un libro que le iba a gustar. Al día siguiente, interrumpí la clase de Historia para dejárselo (creo que historia tampoco le resulta muy atractiva).



Un par de días después, B. corre a mi encuentro con esa sonrisa brillante que le dan los bracket, saca el libro que le presté,  y me lo devuelve.


¡Profe, me encantó!


Entonces, asoma de su mochila otro, que reconozco y ella me dice:


 Le traje este libro que también me gustó mucho para prestárselo. 

Era El mar y la serpiente, de Paula Bombara. 

— Si lo leí, a mí también me gustó mucho.

Me separo de ella porque tengo que ir a clase pero me quedo pensando que t
ener alumnas como B, con las que compartimos lecturas, me llena el corazón.

Al cabo de un mes, tenemos en la escuela la Jornada sobre la Violencia de género. La consigna es que cada docente defina lo que hace con sus estudiantes en el aula. Llevo entonces varios libros para compartir, entre ellos La chica pájaro, de Paula. 

En ella cuenta la historia de una chica que huye, que escapa de la violencia de una pareja, y que encuentra compañía y consuelo para salir adelante en la amistad. 

Con una prosa poética, característica de la autora, toca directo al corazón de quien lo lee.



Leo el inicio en el aula y siento que todos están muy conmovidos. Alcanzo a leer los tres primeros capítulos y me piden más (a fin de año cuando hago un repaso de nuestras lecturas es uno de los libros que más recuerdan). B. me dice que ese libro le encanta.

Pero el hilo no termina ahí sino que se sigue tejiendo.

En Noviembre, se hacen las Jornadas del FILBITA. Sé que de una de las mesas participa Paula Bombara, y me decido a llevar mi libro para que lo firme. Pero no para mí. La intención es que se lo dedique a B. y que luego se lo regale. Sé que lo va apreciar, seguramente. Paula gentilmente me hace el favor.




A la semana siguiente, le pido permiso a una profe para llevarme a B del aula y entregarle su libro. Otra vez se enciende una sonrisa enorme, pero además, empieza a dar saltitos de felicidad que literalmente la elevan del suelo del patio. 

En el siguiente encuentro es ella quien me corre con un libro. Su libro, que me quiere regalar para compensarme por el mío que le regalé.

Incluye una dedicatoria:

Muchas Muchas Muchas Muchas Muchas
GRACIAS
por ser tan atenta conmigo, me encanta que nos leas y la buena onda que nos tenés.
Estoy super duper archi mega contenta con este libro. 





La verdad es que como le dije después a Paula, sin desmerecer sus palabras, salí ganando con el cambio. 

Para mí el autógrafo de B. vale más.

Y aún más su alegría.



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