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jueves, 2 de enero de 2025

Leyendo " De un gris antiguo". Libro álbum Alejandra Kamiya y Yael Frankel.

 




De un gris antiguo
Alejandra Kamiya en el texto.
Yael Frankel en las ilustraciones.
Editorial Limonero.
Enero 2024

    Un libro publicado en Argentina que nos habla de un encuentro (o dos) y de una búsqueda.

    El primer encuentro sucedió hace un año atrás entre dos personas de naturaleza tímida, la ilustradora y la autora del texto. Yael Frankel es una autora e ilustradora argentina que con sus dibujos viaja por el mundo. Su libro Todo lo que pasó antes de que llegaras, publicado también por la editorial Limonero, obtuvo el Premio Bologna Ragazzi en 2023. Alejandra Kamiya, también argentina, es una autora que escribe cuentos con la precisión de un haiku, y hasta el momento solo había publicado para público adulto.

    El segundo encuentro es el que se narra en el libro. Dos seres que inician un camino de búsqueda en común.

    Dos animales. Uno humano y otro no.
“Nunca até a un animal, tampoco lo haría con él. Nos seguiríamos el uno al otro. La distancia es el hilo que se tensa o distiende. Tendríamos temor de habernos perdido, de que uno de los dos hubiera soltado su punta.”
Así da comienzo el libro.Y continúa:

 “Creo que para él yo soy un ser pequeño e inquieto, previsible e incomprensible al mismo tiempo, casi enloquecido, frente al ritmo de él, ese acunarse de ola suave, de hamaca en una siesta de enero.”

    Ambos se acompañan en esta exploración, tan distintos e iguales. Uno tan grande que no cabe en la página, otro tan pequeño.

    Uno gris y arrugado, el otro no.
“El podría levantarse tan rápidamente como se dejó caer y, de un golpe, aplastarme. Yo dejaría de ser al instante. Pero no. El permanecería echado, moviendo la trompa, y yo, mis manos, como quien hace en la nieve un ángel. Apoyaría la mejilla en su piel antigua. Cerraría los ojos, intentaría seguir su respiración con la mía.”
    Caminan por la selva, un sitio que se nombra y no aparece. Una presencia que se sugiere en color que lleva la niña en su espalda (“todas cargamos algo”, la escuché decir a Yael, cuando le preguntaron acerca de ese objeto redondo que se observa desde la portada).

    Van hacia el agua. En un espacio que no tiene tiempo. En un tiempo que se demora en el blanco de la página. El agua, (pura textura y ausencia de color) es la presencia que los llama. El origen del recorrido y el final.
“Antes de llegar oiríamos el agua. El sonido fresco no estaría en los oídos sino en la boca y la garganta.”
    Hay un momento en que parece que se abrazan, el contacto entre dos especies que se tienen una a la otra.


“Y yo, que siempre detesté la palabra felicidad porque me hace decir cosas tontas o falsas, pensaría que si algo nombra es eso: estar echada con las piernas y los brazos abiertos sobre su cuerpo enorme y manso.”
    Intercaladas, asoman un par de páginas de papel calco impresas que nos invitan a cambiar la mirada. Lo que dejamos atrás, lo que viene por delante, según lo que vemos al voltear la hoja.

    Cuando llegan al agua, lo pesado se transforma en liviano, (los elefantes son grandes nadadores ¿lo sabían?). El tamaño ya no importa.

    La narración termina cuando ella vuelve a la tierra.
“Con la cabeza apoyada en la tierra, vería el cielo. El cielo de un gris antiguo. Del color de un elefante…”
¿Termina? Creo que como las buenas historias permanece en nuestro interior. O al menos eso me dijeron quienes la leyeron conmigo.

A veces se nos olvida, que los humanos somos los recién llegados a la Tierra. Nada nos pertenece.

Quizás, debamos comprenderlo, para aprender por fin a acompañarnos en este largo viaje entre especies.


sábado, 26 de agosto de 2023

Encuentro con Alejandra Kamiya (5to Encuentro de Escritores y Editores)




Alejandra Kamiya nació en Buenos Aires en 1966.

De padre japonés y madre argentina.

Se formó en los talleres de Inés Fernández Moreno y luego en los de Abelardo Castillo.

Ha publicado, Los que vienen y los que se van: historias de inmigrantes y emigrantes en la Argentina (2008); Los restos del secreto y otros cuentos (2012); Los árboles caídos también son el bosque (2015) y El sol mueve la sombra de las cosas quietas (2019). Los últimos  en la Editorial Bajo la luna. Su último libro  La paciencia del agua sobre cada piedra que salió en 2023, en la editorial Eterna Cadencia. Un libro de cuentos que viene a cerrar esta trilogía con títulos largos, según ella. Los títulos provienen de frases de sus propios cuentos. El  primero surgió de la lectura de uno de sus cuentos en el taller de Abelardo Castillo, y después se volvió una costumbre. (fue muy interesante cuando el último título casi no se salva al perderse en la edición el texto que lo nombra, por suerte volvió el texto y el título tan hermoso permanece)

El viernes 25 de agosto, pudimos escucharla, como parte del Encuentro de Escritores y Editores, que organizó la ONG Leamos un libro en El living de Olivos, espacio cultural que nació de la capacidad de acoger de Silvina Rodríguez.

Junto a ella estaba su editora de Eterna Cadencia Leonora Djament y Brenda Algozino, bookfluencer y también creadora de contenido literario en medios digitales. 







El espacio colmado de lectoras y lectores ansiosos de escuchar a Alejandra.









Brenda logró expresar lo que muchos sentíamos, estar ahí cerquita de una escritora admirada, es en sí mismo un premio.


Quiero dejar algunos detalles de este encuentro por escrito.

En primer lugar Alejandra es la escritora más zen que he conocido. De hecho ella dijo Mi ritmo no condice con el ritmo de hoy, los lectores me agradecen . Se tomó el tiempo para responder las preguntas que Daniela Rosito y una de las voluntarias de la ONG le iban haciendo. También para contar algo particular de cada libro. Los cuentos me persiguen, en cambio la novela la tengo que salir a buscar. Comentó al pasar contando que está escribiendo una novela . Escribo en una sentada. En general voy escribiendo el cuento en mi cabeza .  También aclaró que le cuesta soltar el cuento porque lo revisa muchas veces y lo va recortando. Nos contó que sus cuentos crecen por despojo (lo cual me pareció absolutamente bello). Que le cuesta soltarlos, que todavía seguiría corrigiendo su primer libro soltar lo dice el cuento, casi que dice déjame. Contó, a pedido del público (unas 50 personas que parecían conocerla como ella mismo dijo, en sus detalles íntimos) el nacimiento de algunos de sus cuentos. " Desayuno perfecto , nació cuando leí unas estadísticas de suicidio en Japón. Decía que los hombres se suicidan de noche y de madrugada, me pareció muy bien, tenía sentido. Pero las mujeres se suicidan al mediodía. Me pregunté por qué. Me dio mucha tristeza cuando me di cuenta. Lo escribí de un tirón. Cuando lo terminé me di cuenta que lo escribí en 2daNos contó que le gusta dar a leer sus cuentos a cualquier persona. Trabajaba en una oficina. Frente había una oficina del despachante de aduana. Alguien de quien me había hecho amigo.  Lo leyó y dijo que estaba muy bueno, sos vos, me dijo. Mejor no, pensé. Pero me gustó que alguien me reconociera

También contó que  los cuentos La casa  y Bañar a un elefante  , no salen de afuera. Las casas son un símbolo muy importante. De construir lo propio. Mis padres construyeron su casa y yo también construí la mía de cero.

También habló de dejar seguir su camino a sus cuentos. A través de las personas que los narran, los actúan o los bailan. Muchos narradores usan mis cuentos. Cuando me entero los voy a ver. No siento que la historia fuera mía. Y me emociono.

Lugares buenos , dice de su cuento, es mi vida con perros. Lo escribí y se lo leí a una amiga, le preguntó si era un cuento o una charla de amigos. me contestó:  No sé, pero es hermoso 

Agregó al respecto que siente que hay algo premonitorio en la escritura. Lo escribí y hace un mes adopté un perro, que será el último .

Les dejo la charla casi completa en mi feed de instagram. @patoleyendoelmundo.

Quisiera contarles mucho más, hay mucho más para contarles. Termino con esta anécdota que la pinta entera.

Una de las asistentes Cristina Gioia, a quien conozco por compartir el trabajo en las aulas de secundaria, le dice que leyó sus libros, que le gustaron y aclaró Me zambullo y no puedo hacerlo en cualquier momento . Y ella al escucharla, visiblemente emocionada le responde: 

Yo escribí una pavada que se me ocurrió en mi casa y una señora, se hace un tiempo para zambullirse, en su casa .

Cuando finalizaba esta noche tan especial y mágica, mientras algunos y algunas brindaban, se formaba una larga fila para que Alejandra nos firmara sus libros.

Un hermoso detalle fue que se tomara un tiempo con cada uno/una. Que nos escuchará antes de escribir.

Porque ella, antes de una mujer que escribe. Una escritora que escucha.

Gracias a Leamos...por animarse a este 5to encuentro de Escritores y Editores. Un encuentro que regresa después de la pandemia. Y a Silvina por abrirnos las puertas, una vez más, de su casa.


Y a quienes participaron. Especialmente a Alejandra por su capacidad de compartir.

En el cuento Los ensayos (en La paciencia del agua sobre cada piedra) , dice....

voy a juntar toda la dulzura de la que soy capaz de armar cada respuesta ....

                                                                                                          justo por eso, gracias