Muchas veces comencé un encuentro en la plaza, un recital poético en una escuela, con el poema de Federico García Lorca:
El lagarto está llorando
la lagarta está llorando.
la lagarta está llorando.
El lagarto y la lagarta
con delantalitos blancos.
con delantalitos blancos.
...
En ese poema está la voz de mi padre.
No recuerdo si me lo recitó, o si me lo mandó en algunas de sus cartas desde el exilio.
Pero yo lo leo y escucho su voz leyéndolo. Es curioso porque apenas guardo ese sonido en mi memoria, tenía 6 años cuando se fue, así que su voz está encerrada en un cassette que escuché muchas veces cuando era pequeña.
En un cassette que no creo poder volver a escuchar.
Pero si puedo escuchar muchas veces este poema.
De mi padre heredé la poesía, de mi madre el amor a la vida.
(Lástima que ellos nunca lograron compartir nada. Todo hubiera sido más fácil para mí.)
Hace poco volví a escribir poesía, (gracias a Mar Benegas y un taller que comencé a la distancia).
Y uno de los primeros poemas que escribí fue este...
Homenaje
a Federico
El
lagarto se ha dormido,
la
lagarta lo despierta,
el
lagarto y la lagarta
se
casarán en la siesta.
La
lagarta va delante,
el
lagarto va detrás.
La
lagarta y el lagarto,
flotan
sobre el pastizal.
A la
orillita del río,
entre
los juncos en flor,
con
los peces de testigo
van
a coronar su amor.
El
sol sonríe en su trono,
El
cielo se asoma a ver.
Él
le entrega su anillito
Ella
le entrega un clavel
El
lagarto está riendo.
La
lagarta está riendo.
El
sol suspira, y se duerme,
las
sombras los van ciñendo.
Muy bueno... esencia vital de la poesía lorquiana.
ResponderEliminarGracias Eduardo...
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