viernes, 17 de octubre de 2025

Libros y maternidades. (15 libros que conversan con la maternidad )

    



Joaquín Sorolla, retrata a su esposa Clotilde con su hija recién nacida.




León Bonnat Una campesina egipcia con su hijo

     En el día de la madre que se acerca, pensé como madre cuánto busco explorar en la lectura sobre el tema. Quizás en la búsqueda de respuestas, que en realidad me generan mil preguntas. No hay una única maternidad y en esa exploración continua me gusta leer a otras que a veces siento se ponen a conversar conmigo y también, a aquellas maternidades que me resultan lejanas. Porque es importante pensarnos en un estante en común pero no en un mismo espacio, si se quiere.

    Recorro muchas autoras. Así que les dejo en este espacio algunos libros que me han tocado por cercanía o no. ¿Pueden ser leídos por personas que no maternales?, por supuesto que sí. ¿Es que estoy armando una selección que regalarse a sus propias madres?, por supuesto que no.

    Lo dejo acá, y que cada una, cada uno, haga con esta lista lo que quiera y pueda. (Tal y como ocurre con los consejos que pudiera darles sobre la maternidad)


Casas Vacías. Brenda Navarro. Editorial Sexto Piso.





Un libro que plantea distintas maternidades, ninguna fácil. Un libro que me impactó y que me conmovió. Un libro que a algunas personas no les resulta fácil de leer. Un hijo entre dos madres, la que lo pierde y la que se lo apropia. 

El nudo materno Jane Lazarre. Las afueras.




Un libro que sigue teniendo actualidad. La autora habla de su propia experiencia, siendo madre, y trabajadora. Y además madre de dos niños de un matrimonio interracial. Las dificultades, la soledad, la ruptura entre los deseos y las obligaciones. Hubiera deseado leerlo mucho antes.

Madre Robot. Nora Rabinowicz. Ediciones la parte maldita.




Me encantó este libro, donde una hija retrata a esta "madre robot", una madre con una enfermedad crónica con la que convivieron desde siempre sus dos hijas. Una maternidad no tantas veces retratada, con toques de humor y mucha humanidad.

Dime una adivinanza. Tillie Olsen. Las afueras.


Impresionante este libro, tres ensayos, o crónicas que exploran de distintas manera la maternidad. 

Línea Nigra. Jazmina Barrera. Almadía


Una de mis autoras elegidas en una crónica de su propia maternidad como solo ella puede hacerlo. Con conexiones a otras lecturas y un hermoso modo de decir. 

El afuera. Margarita García Robayo. Cuadernos Anagrama.


Otra autora que se me dio por seguir de las latinoamericanas, es Margarita García Robayo. En varios de sus libros encontré algo de la relación con la maternidad. En La encomienda por ejemplo aparecen varias madres, y cómo estas influyen en las decisiones. En esta obra explora su propia maternidad con niños pequeños en el contexto de la pandemia.

Apegos feroces. Vivian Gornick. 


Un libro que me enamoró en el modo de decir, que me dejó personajes inolvidables y que me llenó de preguntas. Una madre que ante la pérdida de su esposo se abandona y abandona a su hija. Una niña  cuidando a esa madre. 

El corazón del daño. María Negroni. Random House.




Otra lectura que me conmovió, con muchísimos subrayados. Con el estilo de la autoficción una relación desde su propia maternidad y su historia como hija.

Lengua Madre. María Teresa Andruetto. Literatura Random House.


En esta novela y en Aldao, la Tere con toda su potencia como escritora nos habla de la maternidad, de la dictadura, de sobrevivir al horror y de las relaciones que te sirven de apoyo.


In vitro. Isabel Zapata. Almadía.


In vitro es una historia en dónde se plantea otro tipo de maternidad. Algo de lo que no se habla. Isabel Zapata es una escritora que realmente me atrapó desde la primera vez que la leí.

Las pequeñas virtudes. Natalia Ginzburg. Acantilado.


Me encantó este libro de Natalia, esas pequeñas virtudes entre las que se encuentra poder escribir lo que nos ocurre.





Noches azules. Joan Didion. 


Joan Didion fue un gran descubrimiento del año pasado. De su libro "El año del pensamiento mágico" volé a este. En donde relata la enfermedad de su hija. Esa maternidad en riesgo en dónde el dolor está a flor de piel. Su escritura me resulta siempre mágica y poética.

Distancia de rescate. Samanta Schweblin. Literatura Mondadori.



Otro libro con la fuerza de Samanta, y también duro y difícil. Pero imposible no incluirlo porque nos dejó a las madres esa "distancia de rescate". Esa distancia mínima a la que nos alejamos para mantenernos cerca de nuestras hijas e hijos.

Como bestias. Violaine Bérot. Las afueras.


Este libro de las afueras me encantó. Es duro y difícil pero también muestra una relación amorosa de una madre con su hijo adoptivo y con discapacidad. Una historia plagada de realidad y también de hadas y leyendas.

Me alegro de que mi madre haya muerto. Jennette McCurdy. 


La conocía de iCarly como actriz, pero descubrí a una bestial escritora. En este libro desnuda la terrible relación con su madre, que le impuso ser actriz, con un humor que te permite (le permite) sobrellevar una historia de abusos y violencias.




































































viernes, 3 de octubre de 2025

Leyendo mujeres: Gabriela Mistral

 




Lucila de María Godoy Alcayaga (Vicuña, 7 de abril de 1889-Nueva York, 10 de enero de 1957),conocida como Gabriela Mistral, fue una poetisa, diplomática, profesora y pedagoga chilena. Por su trabajo poético, recibió el Premio Nobel de Literatura en 1945, cuando se convirtió en la primera mujer iberoamericana ​ y la segunda persona latinoamericana[​ en recibir un Premio Nobel. Este año se cumplen 80 años de ese reconocimiento por lo que se le rinden algunos homenajes.

Nacida en una familia de recursos modestos, se desempeñó como profesora en diversas escuelas, se convirtió en una importante pensadora respecto al papel de la educación pública y llegó a participar en la reforma del sistema educacional mexicano.[​ A partir de la década de 1920, Mistral tuvo una vida itinerante al desempeñarse como cónsul y representante en organismos internacionales en América y Europa.



Dame la mano

Dame la mano y danzaremos;
dame la mano y me amarás.
Como una sola flor seremos,
como una flor, y nada más…

El mismo verso cantaremos,
al mismo paso bailarás.
Como una espiga ondularemos,
como una espiga, y nada más.

Te llamas Rosa y yo Esperanza;
pero tu nombre olvidarás,
porque seremos una danza
en la colina y nada más…




Besos

Hay besos que pronuncian por sí solos
la sentencia de amor condenatoria,
hay besos que se dan con la mirada
hay besos que se dan con la memoria.

Hay besos silenciosos, besos nobles
hay besos enigmáticos, sinceros
hay besos que se dan sólo las almas
hay besos por prohibidos, verdaderos.

Hay besos que calcinan y que hieren,
hay besos que arrebatan los sentidos,
hay besos misteriosos que han dejado
mil sueños errantes y perdidos.

Hay besos problemáticos que encierran
una clave que nadie ha descifrado,
hay besos que engendran la tragedia
cuantas rosas en broche han deshojado.

Hay besos perfumados, besos tibios
que palpitan en íntimos anhelos,
hay besos que en los labios dejan huellas
como un campo de sol entre dos hielos.

Hay besos que parecen azucenas
por sublimes, ingenuos y por puros,
hay besos traicioneros y cobardes,
hay besos maldecidos y perjuros.

Judas besa a Jesús y deja impresa
en su rostro de Dios, la felonía,
mientras la Magdalena con sus besos
fortifica piadosa su agonía.

Desde entonces en los besos palpita
el amor, la traición y los dolores,
en las bodas humanas se parecen
a la brisa que juega con las flores.

Hay besos que producen desvaríos
de amorosa pasión ardiente y loca,
tú los conoces bien son besos míos
inventados por mí, para tu boca.

Besos de llama que en rastro impreso
llevan los surcos de un amor vedado,
besos de tempestad, salvajes besos
que solo nuestros labios han probado.

¿Te acuerdas del primero…? Indefinible;
cubrió tu faz de cárdenos sonrojos
y en los espasmos de emoción terrible,
llenáronse de lágrimas tus ojos.

¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso
te vi celoso imaginando agravios,
te suspendí en mis brazos… vibró un beso,
y qué viste después…? Sangre en mis labios.

Yo te enseñe a besar: los besos fríos
son de impasible corazón de roca,
yo te enseñé a besar con besos míos
inventados por mí, para tu boca.

Algunos libros de ella que tengo:











viernes, 19 de septiembre de 2025

Diez poemas para días de lluvia (y algunos extras)

 



Quienes me conocen saben que odio los días de lluvia.

Me angustian, me llenan de desazón, me preocupan. Un pasado en dónde la lluvia era sinónimo de fragilidad y destrucción me han hecho temer a las tormentas. Y tener que salir a trabajar en días de lluvia, caminando entre charcos y esquivando paraguas no es de mis actividades favoritas.

Hace un tiempo reuní unos poemas de lluvia para acompañarme en la angustia. Para darme solaz, y alegrarme un poquito estos días.

Hoy llueve en Buenos Aires, (me tomó por sorpresa al salir de mi trabajo de la mañana y volví absolutamente empapada.

Me merezco poesía, y de paso se los comparto.


sábado, 13 de septiembre de 2025

Leyendo a María Teresa Andruetto: Su discurso de aceptación del premio " Amiga de las Bibliotecas Populares", otorgado por CONABIP en FILBA 2022




Cuando mi mamá era una niña (en un pueblo sin escuelas ni bibliotecas ni librerías) se hizo amiga de un hombre que vivía encerrado en su casa. Tenían los dos mucha diferencia de edad y mucha diferencia social, él pertenecía a una de las tres familias acomodadas del pueblo y mi mamá al resto de la población, hombres y mujeres que trabajaban con sus manos. En ese contexto se hacen amigos la niña y el hombre; él le presta libros, ella se convierte en entusiasta lectora.

Mi padre lamentaba haber dejado en Italia dos baúles llenos de libros. Extrañaba su biblioteca, por eso aun en medio de muchas carencias, siempre estábamos pagando libros en cuotas.


La biblioteca del colegio secundario no era muy grande, estaba en la dirección, se podía sacar libros en préstamo.

Mis padres -que deseaban que estudiara- no sabían si podrían costearme estudios en la ciudad. Pudieron, con mucho esfuerzo, de ellos y del Estado (universidad pública, una cama en un cuarto compartido, comedor universitario, costearme algunos libros con clases particulares o trabajo informal de correctora y muchas horas leyendo en las bibliotecas de la ciudad).


Durante las restricciones sanitarias de la pandemia, ordeno la biblioteca. Casi todos los libros que tenía antes del golpe de Estado, los quemamos o los presté y no volvieron o los dejé en casas de personas cuyo contacto perdí. Entre enero de 1976 y fines de 1982 no compré ningún libro; podría decir que la mía es una biblioteca con algunos libros heredados, más lo que compré desde el regreso de la democracia.

Ordenando la biblioteca puedo ver qué tipo de libros me interesó tener y cuántos perdí en el entusiasmo de llevarlos hacia otros. Ordenando, pareciera que se lucha contra la nada.

A los treinta y nueve años obtuve una beca para leer durante una temporada en la Biblioteca Internacional de Múnich, una de las más grandes, si no la más completa, de libros para niños en el mundo. La biblioteca funciona en un castillo y yo me alojé tres meses en un departamento interno, un tiempo sola y otro con una bibliotecaria rusa. A poco de regresar a casa nos escribieron a la rusa y a mí para decirnos que habíamos sido las últimas huéspedes de ese departamento, porque el escritor Michel Ende antes de morir donó su acerbo a la biblioteca y desde 1995 se exponen ahí sus libros y originales, entre ellos el manuscrito de La historia interminable en el que Bastián Baltasar Bux, escondido en un desván que solo él conoce, se sumerge en la lectura de la historia de Fantasía, en peligro porque sus habitantes y lugares están empezando a desaparecer, dejando un vacío, una “nada” en su lugar.

*

La Biblioteca Nacional fue creada por el Cabildo en 1810, bajo la protección de Mariano Moreno y por eso lleva su nombre. Ahora funciona en la calle Agüero, en terrenos que fueron del palacio Unzué bombardeado en el 55 porque ahí estaba la residencia presidencial y ahí habían vivido Perón y Evita; en ese terreno de Recoleta se hizo el actual edificio ideado por Clorindo Testa en las líneas arquitectónicas del brutalismo. Antes de 1992, estaba en una casa de la calle México. En ese templo de la lectura como suele llamársele pomposamente a las grandes bibliotecas, tres de sus directores fueron hombres ciegos, José Mármol en el siglo XIX, Paul Groussac a fines del XIX y comienzos del XX y, entre 1955 y1973, Borges. El “Poema de los dones”, en el que agradece con ironía a Dios que le dio al mismo tiempo los libros y la noche, fue escrito entre 1957 y el 58. En el 59 aparece en una revista, y luego es incluido en El Hacedor, que sale en 1960. En ese mismo poema dice que otro ya recibió en otras borrosas tardes los muchos libros y la sombra, aunque otro grande haya dicho antes que se repite si, pero no del mismo modo. El poema juega con una teoría que viene de Oriente y toman los griegos, la del eterno retorno de lo mismo, la idea de que la historia y la vida de los hombres se repite de la misma manera cada cierto periodo. Y también quizá con el deseo de verse como un Tiresias, el adivino ciego de la mitología griega, el andrógino que habiendo sido en un momento varón y en otro, mujer, sabe cuánto sienten, piensan, sufren y gozan los varones y las mujeres y por eso es castigado con la ceguera por Atenea. O tal vez, en el orgullo borgeano está Homero, el poeta por antonomasia, que no se sabemos si fue un hombre o una comunidad de rehenes, descendientes de prisioneros de guerra, que no eran enviados a la batalla porque no se confiaba en su lealtad, y cuyo trabajo era memorizar la poesía recibida de los antiguos, para dársela a las nuevas generaciones. Esa idea colectiva de la literatura de un país y de una lengua, literatura hecha no solo de escritores, hecha sobre todo de lectores, está en el centro de mi modo de pensar.

*

La primera biblioteca popular nació en 1866 (antes de crearse la red Conabip) y sigue abierta, es la Biblioteca Franklin de San Juan, la biblioteca popular más antigua de Sudamérica y lleva el nombre de Franklin de quien Sarmiento tomó la revolucionaria idea del préstamo domiciliario.

La figura de Sarmiento en torno al mundo de la lectura y la instrumentación bibliotecaria es desbordante y la creación de las bibliotecas populares a lo largo y ancho de nuestro territorio es parte de un proyecto de nación moderna ligada a lo escrito y lo impreso y a lo que él llamó la educación del soberano.

La concepción de biblioteca popular resulta de la articulación compleja, por momentos tensa, entre el poder regulador del Estado y el espacio creativo de la sociedad civil. Asociaciones civiles autónomas creadas por iniciativa de vecinos de una comunidad, ofrecen servicios y espacios de consulta, expresión y desarrollo de actividades culturales, de lectura y extensión bibliotecaria. Están dirigidas y sostenidas principalmente por sus socios, y pueden brindar información, educación, recreación, animación sociocultural, préstamo de libros y servicios multimedia. Las hay en la capital del país, en las capitales de provincia, en las ciudades pequeñas, en los pueblos, en la meseta patagónica, a orillas del mar, trepadas en caseríos de la cordillera o en islas del delta. Las hay con grandes edificios, antiguos, señoriales o derruidos, y construcciones nuevas, en viejos ómnibus o vagones de trenes y también en casas de familia, como la biblioteca de Mar del Tuyú que está en la casa de María y nació por necesidad de contar con un espacio para que los chicos del barrio tuvieran un lugar donde leer cuando el verano termina y los turistas se retiran.

Caracterizadas por la diversidad, en algunas se da la copa de leche, apoyo escolar, en otras hay dentistas para atender a los vecinos en forma gratuita y hasta servicio de peluquería social. Las hay de larga tradición cooperativa y entre las más antiguas, muchas con raíces socialistas y anarquistas. La Franklin de San Juan ocupa un edificio entero, la Borges de Bariloche nació en un contenedor, la infantil Del otro lado del árbol, abierta a un parque en La Plata, comenzó en 2011 en un parque público frente al mayor hospital de niños de la ciudad gestada por Paula Kriscautzky como homenaje a su hija Pilar, fallecida de cáncer a los cinco años. La Nicolás Avellaneda, de Cosquín, se crea en 1934 por el Partido Socialista para enseñar a la gente del barrio a leer y escribir. La Víctor Navajas de Virasoro, en Corrientes, ocupa el lugar de las actividades culturales en una ciudad de 48.000 habitantes que no tiene librerías. En zonas aisladas algunas funcionan también como teatro, cineclub, lugar de encuentros comunitarios, espacio de estudio o de inclusión digital porque ofrecen wifi, como la biblioteca popular Cabana, en mi pequeño poblado, a la que los chicos de la zona se acercan, aun cuando esté cerrada, para utilizar internet. En la popular Manuel Ugarte, de Parque Chacabuco, en Buenos Aires hay una vitrina dedicada a literatura peronista, una sección especializada en feminismo y obras de ficción de autoras contemporáneas, todo por demanda de su comunidad. En la Saavedra, del barrio homónimo, los usuarios son sobre todo jóvenes que van a estudiar, la Bayer de La Angostura tiene un proyecto de cine en los barrios y en las comunidades y una colección bibliográfica sobre historias de hombres y mujeres patagónicos. La Mariano Moreno de la localidad correntina de Mocoretá se especializó en historietas para satisfacer a sus lectores adolescentes, mientras que la Sánchez Viamonte, abierta hace más de 80 años en el barrio porteño de Recoleta, no logra adaptarse a la transformación del entorno porque lo que en una época fue un barrio obrero pasó a ser una zona de gente que ve a la biblioteca como de izquierda. La Biblioteca Popular Vélez Sarsfield, de barrio General Paz, Córdoba, fundada el 11 de mayo de 1909 e íntimamente unida a la vida del escritor Juan Filloy es la más antigua de Córdoba y su exquisito edificio de la calle Lima fue declarado Monumento Histórico provincial.

Las bibliotecas populares tienen que ver con espacios democráticos, de resistencia. Son un lugar de encuentro, contención y abrigo, para quienes se ven relegados por otras instituciones. En ellas se observa el esfuerzo de tantas personas para mantener vivos y vigentes espacios de sociabilidad y de irradiación de diversos saberes. En nuestro país han resistido a múltiples crisis económicas, políticas y sociales. El modelo argentino sirvió como orientador para la creación de otras redes, con otros sistemas, en otros países del continente. Colombia tiene un gran desarrollo de bibliotecas, los bibliotecarios se forman en sus carreras como agentes de paz y las bibliotecas comunitarias son motivo de orgullo de la población, que las defiende de un modo conmovedor. En días de acrecentamiento de la violencia en ese país un bibliotecario escribe "Antes que tener una relación con la lectura, tuve una con los libros y, antes que, con los libros, fue con mi tío. Leía porque a mi tío le gustaba que lo hiciera, luego porque los libros eran objetos maravillosos que me sacaban de problemas, y ahora porque es la mejor forma de hacer surgir preguntas con la misma facilidad con la que salían en mi niñez. Por eso me uno a la lucha que millones de personas están librando para que las palabras sustituyan a las armas en la confrontación política". Y una amiga de Bogotá me cuenta que los CAI, manifestaciones de policía en los barrios están siendo apropiados por miembros de la comunidad y convertidos en bibliotecas, inmediatamente después de los incendios. Jóvenes y viejos llevan libros y ponen pancartas que dicen: esto es una biblioteca de la comunidad. Dice mi amiga, una mujer que ha pasado los 70 y que toda la vida trabajó por la construcción de una sociedad lectora: “Solo cosas como estas me dan algo de aliento y me dejan pensar que no todo está perdido”.

La lectura de un libro puede provocar en nosotros una cierta revolución individual. Esos cambios personales tienen, si se dan en gran escala, efectos en la sociedad. Yo no le pediría a la literatura que desde un gesto individual transforme a una sociedad, no le pediría tanto, pero sí creo en el poder transformador de la lectura cuando la construcción de lectores se convierte en una cuestión de Estado, en una cuestión política, a través de la escuela, los programas sociales y las bibliotecas públicas.

En un libro de entrevistas a la documentalista chilena Carmen Castillo, Diego Tatián cuenta que Horacio González cuenta que el poeta René Char (quien fue partisano de la resistencia francesa) contó que cierta vez tuvieron que disponer de un campo para que aterrizaran aviones ingleses que apoyaban a los partisanos. El dueño del campo al que pertenecía el suelo apropiado, puso como condición que no se derribara un viejo nogal. La condición era imposible de cumplir y el campesino terminó aceptando que quitaran el árbol. Pero resulta que el árbol cae y los hombres escarban para desenterrar la raíz principal y esa raíz los lleva hasta el fémur de un guerrero enterrado ahí desde la edad media, sepultado con su armadura y una nuez en el bolsillo. De esa nuez había nacido el nogal.

Donde hay un lector, antes hubo otro que extendió la mano.

Siempre ha sido así y lo seguirá siendo

Un bibliotecario tiene nueces en los bolsillos. De esas nueces pueden surgir árboles.

Pueden ver el discurso y la nota en este sitio
https://www.lanacion.com.ar/cultura/donde-hay-un-lector-antes-hubo-otro-que-extendio-la-mano-el-texto-que-maria-teresa-andruetto-leyo-en-nid10052022/

PD: El comienzo del discurso me hizo acordar al libro Clara y el hombre en la ventana, de la Tere, no dejen de leerlo.




miércoles, 27 de agosto de 2025

Leyendo mujeres: Edith Vera

 


Hoy se cumplen 100 años del nacimiento de nuestra querida Edith Vera.

Edith era villamariense, ( Villa María, ciudad de Córdoba, Argentina). Allí nació un 27 de agosto de 1925 y allí murió el mismo día en 2003. Fue maestra y directora del Jardín de Infantes “Víctor Mercante”. Su pluma era mágica para las infancias, gestó su hacer poesía desde y para las aulas. Bichitos, barquitos, flores, relojes, la sencillez poética en el asombro del día, de cada rincón cotidiano.


“Estamos aquí acurrucados,
para dejar espacio
al vuelo de los pájaros”.


Edith Vera, “Pajarito de agua”


Su obra “Las dos naranjas” fue editada en 1969 con ilustraciones realizadas por ella. Con esta producción  ganó el primer premio del Fondo Nacional de las Artes en 1960. Fue reeditado por la editorial EDUVIM de la Universidad Nacional de Villa María, que fue quien comenzó con un trabajo de recuperación de la obra de la autora. 

Acá un detalle de alguna de sus ilustraciones:






 Hermoso libro que creo, todavía se consigue y yo compré con entusiasmo por ser mi primer libro de Edith.




¿Vamos a recoger hierbas por el mundo?
Haremos un herbario
con hojas y flores,
aún con aquellas que parecen
un murmullo apagado en la arena.
¡Qué bello será tener praderas,
pueblos, montañas, islas,
el silencio de una almendra caída
y el silbido de vientos lejanos
descansando en el cálido abrigo de la falda!


Edith Vera, “Las dos Naranjas”


Que tenga el oído atento a la injusticia
Que no tenga los ojos cerrados ante el horror


Que mis hombros sean fuertes para ayudar al débil
Y que tenga el corazón de abejas para que mi lenguaje sea sustancioso panal
Eso nomás, vida, eso nomás.


Edith Vera, “Con trébol en los ojos"

A pesar de que no publicó mucho y que, durante más de 20 años, no se editó nada formalmente, de alguna manera, su obra sigue viva. Y no es solo una obra para las infancias. No quisiera yo restringirla ni a una edad, ni un tiempo.

Su obra es atemporal.

En 2022 Eduvim, en co-edición con Editorial Caballo Negro publicó "El silvido de vientos lejanos", su obra reunida. Con prólogo de Silvia Giambroni.




Mientras yo venía leyendo algunos de sus poemas tanto en Imaginaria como en el blog de Eterna Cadencia.

Hubo otros trabajos relacionados con su obra, como este podcast de sus poemas " Editharte"


"La poesía, desnuda,
se suelta el pelo
y se baña toda en este sueño fugaz"

En este espacio pueden ver este trabajo hermoso que hicieron con poemas de Edih Vera:

Desde la Escuela de Artes Escénicas y Audiovisual del Programa Ser Arte y Parte compartimos la SERIE DE PODCAST EDITHARTE (1-8). Los poemas son de nuestra querida Edith Vera. Al leerla, la recordamos en nuestra memoria colectiva (y sentimos que algo pasa volando). Inventamos la palabra "Editharte" para nombrar eso que apreciamos cuando leemos a Edith: algo en nosotres se mueve, se transforma, es editado, se Editha. ¿Vos ya te Edithaste?



Sin embargo, creo que falta información y reconocimiento. Su vida de "pueblo chico", la falta de publicación de su obra, quizás una falta de reconocimiento de sus pares, hacen que si buscamos información de ella esta no aparezca fácil. (de hecho no tiene una entrada en Wikipedia, ni está clara su fecha de muerte, ni el año, porque encontré varias publicaciones con datos contradictorios).

Cuando decidí escribir en un blog, uno de mis objetivos fue dar reconocimiento y voz a algunas mujeres (escritoras, autoras, ilustradoras, científicas) que no son conocidas. No digo que esta entrada reúna toda la información que me gustaría, pero me prometo seguir actualizándola.


Les dejo otros poemas y un poco más de Edith que compartí en mi IG:











miércoles, 13 de agosto de 2025

Leyendo mujeres: Rosalía de Castro

 Uno de los espacios que me reservo en el blog es aquel en dónde exploro la literatura de mujeres. Poesía fundamentalmente, amo descubrir nuevas poetas. No solo por su obra sino también por su vida. Mujeres que traigo al presente y que merecemos recordar, muchas que fueron ocultadas u olvidadas aún estando vivas.



María Rosalía Rita de Castro (Santiago de Compostela, España; 23 de febrero de 1837 - Padrón, España; 15 de julio de 1885) fue una poeta y novelista española que escribió tanto en gallego como en castellano. Considerada entre los grandes poetas de la literatura española del siglo XIX.​

Escribir en gallego en el siglo XIX, es decir, en la época en la que vivió Rosalía, no resultaba nada fácil en ese momento la lengua gallega estaba muy desprestigiada y menospreciada. Toda la tradición escrita se había perdido, y se creía que no era una lengua literaria.

Rosalía sobresalió en el campo de la poesía, a través de la creación de las que pueden ser consideradas sus tres obras clave: Cantares gallegos, Follas novas y En las orillas del Sar.

Hija natural del sacerdote José Martínez Viojo de 39 años y de María Teresa de la Cruz Castro y Abadía de 32 años de familia hidalga. Al ser hija de madre soltera, con escasos recursos la bautizaron como hija de padres desconocidos. Sin embargo su madre, a pesar de lo que significaba en esa época, reconoció a su hija y trató de mantener una relación cercana con ella. Tan amorosa relación fue retratada por Rosalía en sus poemas. Aunque su padre no estuvo con ella, fue gracias a la familia paterna que Rosalía tuvo educación y pudo viajar a Madrid donde conoció a poetas y literatos, entre los cuales estuvo su esposo Manuel Murguía.

Tuvo siete hijo, dos fallecieron muy niños, uno debido a una caída y una en el momento del nacimiento. El matrimonio cambió de domicilio en múltiples ocasiones, vivían separados a causa de las actividades profesionales de Murguía y pasaron por graves problemas económicos.

Rosalía nunca disfrutó de una buena salud, y en vida padeció varias penurias y soledades que se vieron reflejadas en su poesía. Falleció con solo 48 años como consecuencia de un cáncer de útero, pidiéndole a sus hijos que quemaran su obra incompleta.

El primer poema fue el causante de que la conociera, y realmente me enamoró. Les dejo algunos más que me resultaron curiosos por su tema o por su mirada, y un link en dónde pueden recorrer su obra.


Dicen que no hablan las plantas.

Dicen que no hablan las plantas, ni las fuentes, ni los pájaros,
Ni el onda con sus rumores, ni con su brillo los astros,
Lo dicen, pero no es cierto, pues siempre cuando yo paso,
De mí murmuran y exclaman:
-Ahí va la loca soñando
Con la eterna primavera de la vida y de los campos,
Y ya bien pronto, bien pronto, tendrá los cabellos canos,
Y ve temblando, aterida, que cubre la escarcha el prado.

-Hay canas en mi cabeza, hay en los prados escarcha,
Mas yo prosigo soñando, pobre, incurable sonámbula,
Con la eterna primavera de la vida que se apaga
Y la perenne frescura de los campos y las almas,
Aunque los unos se agostan y aunque las otras se abrasan.

Astros y fuentes y flores, no murmuréis de mis sueños,
Sin ellos, ¿cómo admiraros ni cómo vivir sin ellos?

No, no es la solución.

No, no es la solución
tirarse bajo un tren como la Ana de Tolstoy
ni apurar el arsénico de Madame Bovary
ni aguardar en los páramos de Ávila la visita
del ángel con venablo
antes de liarse el manto a la cabeza
y comenzar a actuar.
Ni concluir las leyes geométricas, contando
las vigas de la celda de castigo
como lo hizo Sor Juana. No es la solución
escribir, mientras llegan las visitas,
en la sala de estar de la familia Austen
ni encerrarse en el ático
de alguna residencia de la Nueva Inglaterra
y soñar, con la Biblia de los Dickinson,
debajo de una almohada de soltera.
Debe haber otro modo que no se llame Safo
ni Mesalina ni María Egipciaca
ni Magdalena ni Clemencia Isaura.
Otro modo de ser humano y libre.
Otro modo de ser.



Te amo… ¿Por qué me odias?



–Te amo… ¿Por qué me odias?
–Te odio… ¿Por qué me amas?
Secreto es éste el más triste
y misterioso del alma.

Mas ello es verdad… ¡Verdad
dura y atormentadora!
–Me odias porque te amo;
te amo porque me odias.


sábado, 5 de julio de 2025

Leyendo Cuentos: Diez escogidos de Ciencia Ficción.


       
    El tema surgió de casualidad, en el colegio alguien mencionó la ciencia ficción y como profesora (doy clases de biología en secundaria) a veces intento acompañar a mis estudiantes cuando ven un tema en clase de lengua. Así que volví a recordar esas historias que a veces leo en el aula y se me ocurrió compartirlas (ya tenemos una entrada de cuentos así que por ahí algunos se repiten)

Los que abandonan Omelas, un cuento de la gran gran Ursula K Le Guin, fue el primero que recordé.

Lo leí hace mucho tiempo, lo releo cada tanto. La primera vez me lo acercó una compañera docente en la universidad. Lo leíamos en clases de biología, cuando hablábamos de la destrucción del planeta. Lo leímos hace un tiempo también en secundaria. No hace mucho conseguí el libro. Me queda mucho por leer de Ursula (con 4to año , hace unos años atrás leímos " El nombre del mundo es bosque " para conectar biología y literatura), pero este cuento está siempre presente.




1Los que abandonan Omelas

Una historia de la gran Ursula K Le Guin que es atemporal. En Omelas, una ciudad próspera y llena de vida, ocultan un secreto. Una habitación cerrada, un niño encerrado, en el último resquicio de la ciudad que parece ser perfecta. Un relato conmovedor, movilizante, que tiene muchas maneras de ser abordado. No es un cuento corto, pero lo quiero mucho y por eso se los dejo (se puede escoger leer una parte). Este libro contiene otras joyitas que también les recomiendo aunque no es fácil de conseguir.


2. Cómo se divertían o Cuánto se divertían, de Issac Assimov

 Fue un descubrimiento durante la pandemia. Es una historia que incluye un extrañamiento acerca del entorno escolar. Unos niños del futuro encuentran un libro, e intentan entender cómo era la escuela antes, cómo era estar juntos en un aula de clase con un maestro humano que les daba una lección a todos a un mismo tiempo. Una historia de 1951.


3. El ruido del trueno de Ray Bradbury. Una historia que leí y releí. Un viaje al pasado desde el futuro , una mariposa, un muerte, y una transformación en el presente.

Esta historia se transformó en película y ha tenido múltiples referencias en distintos espacios.


4. Harrinson Bergeron de Kurt Vonnegut Un futuro distópico dónde la belleza y la inteligencia, son condenadas. No lo conocía y buscando que compartirles apareció.


5. El hombre bicentenario Un cuento clásico de Issac Assimov, que habla de un robot que buscar convertirse en humano. Una historia de amor, una reflexión sobre la vida misma. Recuerdo la película como muy conmovedora.


6. Los superjuguetes duran todo el verano Brian Aldiss

Un cuento en un futuro superpoblado, en dónde los humanoides puede parecer muy reales. Y las personas reales pueden no parecerlo tanto.


7. El banquete

Para más pequeños, se me ocurrió que este cuento de Pescetti podría acompañar. Lo he leído también en secundaria. Podrían ser extraterrestres, o no. Según cómo se interprete. A mí me ha dado no pocas alegrías al leerlo porque ha generado variadas conversaciones. Lo pueden leer del sitio de Luis.



8- El peatón Un cuento corto de Ray Bradbury, que también he compartido en secundaria. Un futuro en dónde salir a caminar no es algo que nadie necesitaría, salvo el peatón. En el blog Bradbury ya se ha presentado en este Cuento de Navidad, que les dejo para leer en cualquier época del año.

9. La guerra de los mundos 

Una historia clásica. Lo volví a leer hace un par de años atrás, solo para darme cuenta que no era tal cuál imaginaba a través de las películas. Un libro publicado en 1898, de la pluma de HG Wells, que es increíble que haya lelgado hasta nuevos día con tanta frescura.






10. Les dejo un microrrelato que también compartí el otro día en la escuela. De este fantástico libro de microrrelatos. "Sorpresa y otros 99 cuentos" de Eduardo Abel Giménez que es uno de los escritores argentinos que gusta de la Ciencia Ficción. Este libro es un hallazgo. Empieza en un relato de 100 palabras y cada uno va descontando una, hasta llegar a "Sorpresa". Les leí el 99 a mis estudiantes, pero les dejo la intriga (vayan a buscarlo) y les comparto este más cortito.



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Los niños dinosaurio vuelven a casa muy asustados por algo que les dijeron:

¡Pero no, chicos!  los tranquiliza la madre dinosaurio  ¡Los seres humanos no existirán hasta dentro de muchos millones de años!

Intenté seleccionar cuentos que pudieran buscarse en internet. Pero les agrego un par de libros. "La ciudad de las nubes" de Eduardo Abel Giménez llegó a las escuelas con el plan lector y reúne varios cuentos de ciencia ficción. Publicado por Dábale Arroz.








El año pasado leí este libro de una autora que ya conocía (Anna Starobinets, de origen ruso, a quien vengo siguiendo, en un libro publicado en Impedimenta) y me resultó muy interesante. Son cuentos que habitan en sociedades distópicas, o en un futuro cercano, pero que hacen foco en las relaciones personales. El primero "La glándula de Ícaro" habla de un el futuro en dónde a los hombres se les extirpa esta glándula al llegar a la adolescencia. Esto permite eliminar la agresividad y otros "efectos adversos" que provoca esa glándula, Una mujer, celosa y controladora, desea que su marido y su hijo adolescente se sometan a la operación. Aún sabiendo que puede provocar efectos indeseados.

Y acá les dejo un sitio con descarga gratuita de libros en pdf (volví a ver El mundo perdido de Arthur Conan Doyle y recordé cuánto me había soprendido, un libro que fue precursor de historias en torno a dinosaurios y su relación con los humanos)

Les dejo también la información en la página de Educ.ar sobre el género.

Y otras entradas con cuentos:

10 Cuentos que cuento para infancias


Y otras recomendaciones de libros de ciencia ficción, que reseñé en el blog, mi favorito "Son tumikes"