Título: Historias de mujeres
Autora: Rosa Montero
Editorial: Alfaguara
Este año que pasó estuve muy atravesada por las cuestiones de género.
Primero en el JALEO 2017, que se hace en Valencia me encontré con un grupo que se encarga de relevar el aporte de las mujeres en las distintas disciplinas, ahí me di cuenta que no es solo una cuestión de las ciencias. Si hablamos de ciencia, todos conocen a Charles Darwin y a Watson y Crick, y pocos a Rosalind Frankin o a Jane Goodall por poner algún ejemplo.
Esto también pasa en otras disciplinas: en la literatura, la música. Las mujeres pasan desapercibidas en la historia que nos cuentan, en los libros que se utilizan en las aulas, y por lo tanto no sabemos de ellas
Esto significa para nuestras alumnas, carecer de modelos donde mirarse, a quien seguir, o simplemente conocer.
Y me propuse leer más sobre estos temas
El trabajo en el aula, con adolescentes, en un colegio secundario, me motivó a seguir buscando, y un Curso sobre Género que realizamos en la UBA, me ayudó a encontrar otros ejemplos.
Como trabajo final nos pidieron un segmento artístico basado en una protagonista mujer, por lo que me encontré en las redes con mujeres poetas, pintoras, escultoras, músicas, hasta entonces desconocidas.
El trabajo en el aula, con adolescentes, en un colegio secundario, me motivó a seguir buscando, y un Curso sobre Género que realizamos en la UBA, me ayudó a encontrar otros ejemplos.
Como trabajo final nos pidieron un segmento artístico basado en una protagonista mujer, por lo que me encontré en las redes con mujeres poetas, pintoras, escultoras, músicas, hasta entonces desconocidas.
Al comienzo de las vacaciones recordé este libro de Rosa Montero que le había regalado a mi hija (ya había leido "La ridícula idea de no volver a verte" y me interesó muchísimo su mirada sobre Marie Curie) así me pareció un buen plan empezar este nuevo año de lecturas con él.
Incluye 16 historias de mujeres. Desde Irene de Cosntantinopla hasta Frida Kalho. Diversas. Algunas recientes, otras no. Entre ellas había para mí, algunas conocidas, como la Sra de Christie, una autora del género de misterio a la que seguí durante toda mi adolescencia. Pero había otras de las que no había oido nombrar. como Laura Riding (parece ser era "una bruja", pero en las fotos luce muy bella e inocente).
Algunas partes se leen con un poco de agobio...porque los casi 30 años que pasó Camille Claudel en un manicomio duelen en el alma.
Que Aurora Rodriguez matara de 4 disparos a su asfixiada hija no se si fue liberación o terrible condena para Hildegart.
Aunque había escuchado de Zenobia Camprubí no imaginaba su relación tan particular con Juan Ramón Jiménez, aún cuando había escuchado sobre el carácter peculiar del autor de "Platero y yo" (mucho de su caracter me lo había rebelado María Elena Walsh que vivió un tiempo con él, y que hablaba de su peculiar forma de ser), me asombró conocer todas las renuncias a las que se sometió Zenobia tan solo por la felicidad de ese hombre al que no podía abandonar.
Está Frida, Simone, George Sand y otras, que son frecuentemente nombradas.
Pero no es una obra para conocer los detalles truculentos, dolorosos, y terrbles de sus vidas, sino para rescatar su arte, sus palabras. Sus obras que han quedado de registro y que nos permiten escucharlas, sus voces que no han logrado del todo ser silenciadas.
Pensemos en las hermanas Brontë, que murieron jóvenes, y pobres y nos dejaron su obra (Jane Eyre, era claramente un favorito de mi adolescencia, más que Cumbres Borrascosas).
Mujeres acalladas que siguieron hablando a pesar de su época, del tiempo y de sus hombres.
Hablar solo de mujeres. Algo muy necesario.
De tantas que nos quedan por conocer
Un libro para leer, recomendar, y compartir con otros.
Aunque había escuchado de Zenobia Camprubí no imaginaba su relación tan particular con Juan Ramón Jiménez, aún cuando había escuchado sobre el carácter peculiar del autor de "Platero y yo" (mucho de su caracter me lo había rebelado María Elena Walsh que vivió un tiempo con él, y que hablaba de su peculiar forma de ser), me asombró conocer todas las renuncias a las que se sometió Zenobia tan solo por la felicidad de ese hombre al que no podía abandonar.
Está Frida, Simone, George Sand y otras, que son frecuentemente nombradas.
Pero no es una obra para conocer los detalles truculentos, dolorosos, y terrbles de sus vidas, sino para rescatar su arte, sus palabras. Sus obras que han quedado de registro y que nos permiten escucharlas, sus voces que no han logrado del todo ser silenciadas.
Pensemos en las hermanas Brontë, que murieron jóvenes, y pobres y nos dejaron su obra (Jane Eyre, era claramente un favorito de mi adolescencia, más que Cumbres Borrascosas).
Mujeres acalladas que siguieron hablando a pesar de su época, del tiempo y de sus hombres.
Hablar solo de mujeres. Algo muy necesario.
De tantas que nos quedan por conocer
Un libro para leer, recomendar, y compartir con otros.