miércoles, 29 de julio de 2020

Cancioneros de Nanas: escuchar antes de hablar, bailar antes de caminar.

Luego de publicar la entrada anterior, una amiga que espera una wawa del otro lado del océano, me pidió recomendaciones de música para acompañar esa espera. Con el cariño que nos tenemos, y como una forma también de hacerle un regalo a esa wawa por venir, no lo pensé demasiado y me lancé a la búsqueda. 

¿Quién puede contrariar a una futura madre en un deseo?

Acá estoy recogiendo con gusto este desafío, sumergida en un mundo de sonidos que andaba necesitando, no sé por qué  últimamente me había rodeado de silencio.

Algunos de los libros recomendados en la entrada anterior, son "libros que cantan", (canciones populares o poemas con tal musicalidad que se pueden cantar naturalmente) pero en este caso estos libros que fui seleccionando, tienen además un CD de canciones, incluyendo un trabajo de estimulación para variados sentidos.

Tanto si la música llegó después del libro (o del poema), como si la música y los temas son un todo desde el inicio, son libros para escuchar.


"Sin música, la vida sería un error."
Friedrich Nietzsche, filósofo y poeta

Encontré canciones para esperar, para acunar, para dormir, para acompañar a nuestros niñas y niños, desde la panza, y por qué no el resto de su vida. Desde el cuarto mes, ese niño o niña por llegar puede escuchar sonidos, al octavo mes de embarazo ya pueden manifestar preferencias y rechazos.

"La canción de cuna encierra historias de madres y padres con sus hijos, a través del tiempo."
Gabriel Federico, El embarazo Musical.

Una entrada para escuchar y cantar
"Apapachaditos...un arrullo de juegos"


Del grupo Abriendo Rondas
Con las ilustraciones de El esperpento
Publicado por Ediciones de la Terraza

Copio la presentación que se encuentra en la web de la editorial:

"Apapachaditos… un arrullo de juegos” es un proyecto musical y editorial que está pensado para promover el vínculo de la infancia con el juego, el arte y las distintas expresiones de la cultura. Está destinado a la primera infancia.
La Agrupación Abriendo Rondas viene realizando un intenso trabajo de capacitación, edición de libros, material discográfico y espectáculos. Y, “Apapachaditos… un arrullo de juegos” fue su primera puesta en escena, dedicada especialmente a los bebés y niños pequeños, y está a cargo de Andrea Lelli, Carolina Vaca Narvaja y Ana Seguí, con la dirección de María Nella Férrez. Con una selección inicial del repertorio de tradición oral que integra el espectáculo es que proyectaron un disco que reúne canciones, narraciones, nanas y cuentos cortos interpretados por reconocidos artistas cordobeses y las voces de Abriendo Rondas..."


La obra cuenta con un prólogo de María Teresa Andruetto. En 2015 fue premiada en los destacados de ALIJA, en la categoría Multimedia/Audiotexto

Como todos los libros de Ediciones de la Terraza, una puede leerlos en su web, gracias a las licencias Creative Commons aquí

Acá algunos temas del grupo Abriendo Rondas para que disfruten a 

Nidos que arrullan




Selección de Cintia Roberts

Ilustraciones de Laura Varsky


Voz invitada: Laura Devetach

Publicado por Ojoreja


La presentación del libro también está a cargo de la querida Tere:

Nido es el lugar en el que algunos animales alimentan y duermen a la cría.
Nido llaman los italianos al jardín maternal.
Nido son estos poemas y canciones para arrullar a los niños de Latinoamérica.
Un viaje al corazón de la infancia, sus arrullos, entre los que encontré nanas con las que me acunaron, otras con las que acuné a mis hijas, otras que incluí en mis libros y otras que acabo de descubrir para mi nieta...
Antigua como el mundo, la necesidad de arrullar y la gracia de estos arrullos, tan preciosamente elegidos por Cintia Roberts, tan exquisitamente ilustrados por Laura Varsky, cantados y musicalizados por teresa Usandivaras y Pablo Spiller, acompañados por la voz de la querida Laura Devetach.
Un conjuro de amor y belleza es este libro de palabras, imágenes y música, este pequeño tesoro de editorial Ojoreja.

María Teresa Andruetto

Aún no lo he tenido en mis manos, pero las ilustraciones de Laura parecen un bordado cuidadosamente entretejido. El libro también recibió un reconocimiento de ALIJA, en la categoría Multimedia/Audiotexto en 2017


Bordando Nanas (con hilos de amor)


Verónica Parodi
Ilustración Fernanda Bragone
Editorial Del Naranjo

Verónica Parodi, es hija de Teresa Parodi, cantautora argentina que me ha acompañado en mi adolescencia con sus canciones con sonoridades litoraleñas. En este disco/libro, podemos escucharla junto con otros reconocidos autores, cantantes y grupos musicales de nuestro país (Los Musiqueros, León Gieco, Chango Spasiuk, Liliana Herrero, y varios más). Los ritmos de chamamé, huayno, la vidala, entre otras, acunan y despiertan. El libro trae las letras de las canciones, para que se las cantemos a nuestros changuitos, iluminadas por las ilustraciones de Fernanda Bragone.

Pueden escuchar Juanito, interpretada por Los Musiqueros (delicadeza y ternura)

En esta exploración  empecé a buscar canciones de bienvenida. Me encontré entonces con varios cancioneros de Sebastián Monk, un músico argentino que lamentablemente falleció muy joven. Su obra no tiene desperdicio.



Ángel de bolsillo es un libro-disco con canciones de este músico y compositor , interpretadas por algunos de los más destacados artistas del país y además ilustradas. Franco Luciani, Luna Monti, Juan Quintero y Teresa Parodi, entre otros, pusieron la voz. Tute, Rep, Lucas Nine y Pablo Bernasconi aportaron algunas de las imágenes. Luis María Pescetti –en cuya banda participaba Monk- aporta un texto que completa la obra. Un compendio de catorce canciones tomadas de los discos Nuevas canciones de cuna para niños sin sueño y Canciones con nombre de niño, una especie de homenaje a este artista que ha sabido dejar huella en el campo de la música infantil.

En nuevas canciones para niños sin sueño, se encuentra este tema El niño, les dejo el video donde el tema es interpretado por Juan Quinteros y Luna Monti en un lugar mágico como es la biblioteca "Del otro lado del árbol"

Y por si quieren empezar a cantarlo (como me ocurrió a mí) les dejo la letra de esta canción, que reúne ternura y humor.


El niño

El niño vuelve a casa

con dos chichones,

el médico amenaza

dar inyecciones.

Pregunta la abuela:
¿Habrá que internarlo?,
¿será una secuela,
tendrá convulsiones?

Su madre pa curarlo
le hace canciones.
El niño está muy triste
¡qué descontento!
el médico insiste
con los fomentos.

Sugieren los tíos:
Mejor abrigarlo,
que no tome frío
y cuidarlo del viento.

Su madre pa curarlo
le cuenta un cuento.
El niño ha amanecido
con pesadillas,
el médico ha ido
por las pastillas.

Si fue algún fantasma
que vino a asustarlo,
poner cataplasmas,
pisarle papilla.

Su madre pa curarlo
le hace cosquillas.
El niño en bicicleta
se tuerce un hueso,
el médico receta
ponerle un yeso.

El párroco ordena:
Vuelta a bautizarlo
y si trepa la pena
dobleguen los rezos.

Su madre pa curarlo
lo come a besos.

Y para los que se quedaron con ganas de más, nuevamente Luna Monti y Juan Quinteros, interpretan  Regalitos , un tema que se lo dedico con todo mi 💗 a esa wawa creciendo entre narraciones y flores. Les dejo una parte de la letra:



Regalitos 



Una flor recogida por la calle, bebé
Un país con su bandera
Un jardín a tu gusto y de tu talle, bebé
Y una tarde con manguera
Una historia contada con canciones, bebé
Susurrando despacito
Con princesas, piratas y dragones, bebé
Y pastillas de mosquito

Calecita una vez a la semana, bebé
El paraguas cuando llueva
Golosinas después de la mañana, bebé
Mi cariño cuando quieras
Un sillón con tu forma y con la mía, bebé
Al costado de la tele
Un mordisco en el pie pa que te rías, bebé
Sana, sana si te duele
Galletitas crocantes con aromas, bebé
repartidas en pedazos
Para dar de comer a las palomas, bebé

Y mientras buscaba nanas, me acordé de este libro:


Nanas de la Cebolla
Poema de Miguel Hernández
Ilustraciones Matías Acosta
Del Naranjo


La ilustración que hace Matías Acosta del poema ahonda en ese universo de pobreza y desazón que debía embargar a Miguel Hernández cuando desde la cárcel envía este poema a su mujer embarazada de su segundo hijo. ( en la tapa una oscura ventana de la cual vuela un ave con la misiva). Pero aún así, aparecen destellos de luz y de esperanza, en esa vida inminente que se está gestando. Una belleza las imágenes logran con muy pocos elementos reproducir la atmósfera del poema y al mismo tiempo ir contando una historia
Acá cantada por Serrat, tal como yo la recuerdo,  con una introducción explicando el origen del poema de Miguel Hernández, (la música es del argentino Alberto Cortez).

Para terminar (¡es que se me ha hecho largo y la wawa ya  va a llegar!) les dejo unas canciones escogidas. 

Para dormir y para despertar al bebé...


De su disco Rodar de Raly Barrionuevo, cantautor argentino,  Duerme

Noni Noni del grupo Canticuénticos, también local, que se transformó en libro ilustrado por Estrellita Caracol y publicado por Gerbera

Encontré también Dormite, interpretada por Marta Gómez, esta cantautora colombiana

Y por último, les regalo Vos sabés para bailar con ellas, por Los fabulosos Cadillac. 

Una canción para esperar, para desear,  y  escojo estas palabras para decirle a esa almita que está llegando a este mundo...

Vos sabés

Cómo te esperaba

Cuánto te deseaba
No, si vos sabés
Vos sabés
Que a veces hay desencuentros
Pero cuando hay un encuentro de dos almas trae luz
Vos sabés
...

Gracias por acompañarme. Les dejo el espacio de comentarios para que sumen otras canciones de cuna, o música que acompañe a las infancias por venir.

lunes, 27 de julio de 2020

Primeras lecturas, pequeñísimos lectores


¿Leen los bebés? ¿Cuándo empezamos a comprarles libros? ¿Cuándo empezamos a leerles?Pensé en dar respuesta a las preguntas con una selección para el primer año de vida, (o más)En mi interior pienso que uno empieza a leerles cuando se conecta con ellos antes de nacer, cuando les canta esas nanas que recuerda, quizás sin saber cómo ni desde dónde nos llegan. Cuando escoge esa canción para mecerlos, aún antes de tenerlos en brazos. Cuando nos comunicamos con ellos para decirles, que nos aguarden, que hoy tenemos un día difícil, que mamá está trabajando, que estamos cansadas o que llegaremos pronto a casa para descansar.< a i=4>Yolanda Reyes, especialista en Lectura en la Primera Infancia, nos habla de "los libros sin páginas", todo ese torrente de la tradición. oral que los padres recuerdan.



"la poesía de la primera infancia recuerda los ritmos del corazón, y casi podemos decir que los imita. Por eso es rimada, aliterada, rítmica, repetitiva y prosódica... Lo que cuenta aquí son las sonoridades, las repeticiones, las alternacias, ese poder mágico de la palabra que va y viene, que canta, que nos envuelve en sonoridad y que nos situamos en posición de lo poético..."


No es necesario que pueda tomarlos, no es necesario que pueda sostenerlos, y menos que menos es necesario que pueda descifrar las letras para empezar a leer.


"Es así, como antes del primer año de vida y, con un sencillo repertorio, podríamos decir que el niño es un lector poético, o más exactamente un oidor poético"

Pienso en mi experiencia en la lectura con bebés, la que tuve en Espantapájaros en ocasión a mi estadía, la que tengo en la plaza cada domingo, en ocasión de Picnic de Palabras Florida. Los primeros libros que deseo compartir, son pura poesía.

 La lectura –y la escritura– empiezan en la palabra viva, que sale de una boca concreta y es recogida por oídos también concretos. La lectura empieza siendo oral. En el lenguaje y con el lenguaje construimos nuestros primeros pequeños textos, dejamos nuestras primeras, deliberadas marcas. Organizamos, enfatizamos y seducimos. 


Dice Yolanda Reyes en el blog de Espantapájaros.


Justamente viajé hasta ese lugar mágico para dar respuesta a esas preguntas. O a otras que me hacía. Cuando recién me iniciaba en este recorrido en la mediación. En esto de formarme como puente entre libros y lectores.Nunca dudé que los bebés deben tener libros.Tengo el recuerdo de mi hija de pocos meses, cuando aún le costaba mantenerse sentada, apoyada en el respaldo del sillón y sostenida por almohadones, mirando con atención sus libros. Recuerdo uno sobre una mamá hipopótamo y su bebé, algo que no decía mucho, pero que recorríamos una y otra vez. Quizás sabía que quería compartirle eso que me causaba mucho placer, la lectura. Pero en ese momento, no conocía la variedad de libros que existían, y no sabía cómo seleccionar entre ellos. Pensándolo en un recorte, entre tantos libros que existen hoy en día, escogería para esos inicios, las mejores lecturas posibles, los clásicos que han permanecido en el tiempo, justamente porque no pasan de moda, y esto es obra de su calidad.Al llegar a Espantapájaros, una de las primeras que me recibió, fue Flavia, que tendría poco más de un año y no hablaba ni una palabra. Sin embargo me leyó este libro, me lo cantó en su media lengua, que se adivinaba a la perfección, lo conocía de memoria. Uno de los favoritos, Luna de Antonio Rubio y Óscar Villán:






Esta estupenda colección de Kalandraca, "De la cuna a la luna", tiene varios libros más de los que pueden elegir. Y es increíble la cantidad de veces que me han contado familias de acá y allá que sus hijos los escogen como favoritos. 




Como cuento en el blog de Espantapájaros, otro de los libros escogidos era...."Estaba la rana" Ilustrado por Carles Ballesteros, con textos de Paloma Valdivia, versionados de la tradicional nana. Un libro publicado por Amanuta (una Editorial de Chile, que tiene varios más muy recomendables y muy recomendados)




El libro repite la conocida tonada de nuestra infancia, acompañada de hermosas y vibrantes ilustraciones. Esa acumulación, que puede ver en el texto, permite a los niños intervenir, observando los dibujos y dando nombre a los animales que aparecen...completando la letra de la canción...(es siempre una diversión ver como desde muy pequeños responden a veces sorprendiéndome con nombres de animales que no eran los que esperaba)

Otra de las nanas transformada en libro es Duerme Negrito. La canción tradicional con la ilustración de Paloma Valdivia (una de mis ilustradoras favoritas) de Editorial Fondo de Cultura Económica. Esta canción es muy especial, acompañó a mi tercer hijo antes de llegar a casa, dado que se la cantaba desde los primeros meses de embarazo. Cuando encontré el libro fue como buscar la manera de seguir cantando y contando.







También disfruto especialmente Éstas son las mañanitas de Carlos Pellicer López de Fondo de Cultura Económica



La Colección la Cereza de Combel, tiene varios libros de Mar Benegas, que invitan al juego con la palabra, con diferentes ilustradores, entre ellos "Le pondremos un bigote" es el favorito de muchos.Para los que no se animan a cantar, la colección trae un código QR que nos permite escucharla. A veces algunas o algunos se excusan porque no saben cantar, pero es que la voz de la madre/padre es irremplazable, no necesita ser un profesional para hacerlo. Esa voz, es la que conocen, la que les llega desde antes de nacer, nadie cantará para ellos mejor que "esa voz "









Pero no solo de canciones se trata.

En algún momento, sobre todo cuando ya puedas sentarte, y aumenta el tiempo de atención podremos empezar con las historias. 

Un libro que es a la vez un clásico y un favorito (es un clásico, justamente porque ha sido favorito por muchas generaciones) es Vamos a cazar un oso , con ilustraciones de Helen Oxenbury (una de mis ilustradoras favoritas para la niñez) y texto de Michael Rosen. De ediciones Ekaré (Editorial también Latinoamericana)



Lo divertido del libro es la sonoridad que despliega, a partir de una historia sencilla, una excursión al campo que se encadena con los distintos sonidos de aquello que van encontrándose, y con las repeticiones que aman los pequeños lectores. .Me encanta escucharlo narrado por el propio autor.

Otro de los libros que es un clásico, y que sigue encantando a las nuevas generaciones es La pequeña oruga glotona de Eric Carle (otro de los autores que enamoran, y que podemos recomendar siempre). Publicado por Kókinos.Como su título nos anticipa hay una pequeña oruga que viene y viene hasta que se transforma. El texto muy sencillo y las imágenes vibrantes y llenas de color ayudarán a que los pequeños se animen a darle nombre y comiencen a completar el sentido. 







En Bogotá conocí a Chigüiro, un personaje que para nosotros sería un carpincho, y que tiene toda una serie de libros en donde reconocemos objetos del entorno. Sin texto, pero mostrándonos otra forma de leer, a través de la observación de las ilustraciones, podemos ir reconociendo los objetos cotidianos, y los hábitos que empiezan a afianzar con ellos. En este caso Chigüiro y el baño (de Babel Libros, editorial Colombiana), observamos como juega en la bañera, acompañado de sus objetos. (recuerdo que bañarse en mi casa cuando los hijos eran pequeños significaba primero sacar todos los juguetes para no caerse o clavarse alguno en la espalda)










En Argentina una colección que recomiendo mucho es la de Gastón Ratón y Gastoncito de Nora Hilb, publicada por AZ Editora. Gastón y su amigo ratón, salen en busca de aventuras. Ya son 8 en total, y creo que siguen sumándose. 







Por suerte tenemos fantásticos ilustradores e ilustradoras, además de la colección escrita e ilustrada por Nora Hilb, hay otra que se llama Lola, y está escrita por Canela e ilustrada por la premiadísima Mónica Weiss. (de Primera Sudamericana). Son varios libros, y hace poco se suma otro a la colección (en un formato más grande, para las "Lolas" que están creciendo. 

Como pueden ver ambos son en cartón y tienen un tamaño pequeño, accesible para esas manos gorditas, y resistentes a las mordidas.

Entre las autoras locales Isol Misenta, es de las muy premiadas. Sus libros son recomendados para todas las edades, entre ellos este, que ya recomendé en el blog, es muy especial.

Por suerte, volvió a reimprimirse después de mucho tiempo estar agotado Tener un patito es útil, publicado por Fondo de Cultura Económica. Un libro que puede acompañar a un niño durante varios años, porque brinda muchísimas posibilidades de juego y de lecturas.






El libro cuenta la historia de un nene, que encuentra un patito, y de un patito que encuentra un nene. Con textos sencillos, e imágenes que nos van dando cuenta de la historia, este libro álbum permite además jugar con el objeto y con la caja. En Picnic de Palabras Floridaniños de 3 a 5 años, se sorprenden y entusiasman compartiendo este libro. Es sin lugar a dudas, el regalo más especial para estas fiestas. Es por eso que ya habíamos contado de él por encontrarnos entre los favoritos Acá una muestra.






Los dejo por el momento, y trataré de preparar otra entrada para continuar esta historia. Sirva de orientación y no de destino, porque lo mejor que se puede hacer con las niñas y niños es dejarlos libres en las bibliotecas para que escojan sus propios libros.



Foto que saqué en la biblioteca de Espantapájaros de una lectora escogiendo sus libros. Como un extra les dejo esta entrada anterior en donde les presento algunas antologías de poesía y varias que pueden acompañar...Gracias por su lectura, y quizás...







...continuará

sábado, 25 de julio de 2020

"Los hermanos como mediadores de lectura".(un homenaje en el día del Libro)



Ilustración Luján Cordaro (¡gracias!)
IG: @lujancordaro

(esta entrada se publicó este año en el día del libro, pero en realidad podría ser en cualquier día por eso la actualizo en este mes, cuando vengo reuniendo todas las entradas del mismo tema)

Hoy se festeja el Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil,  coincidiendo con el natalicio del escritor danés Hans Christian Andersen.

Estuve pensando mucho como hacer mi homenaje al libro, pero principalmente como homenajear a los pequeños lectores, que tanto me han dado y con los que tanto disfruto de los libros.

Y se me ocurrió hablarles de estos "Mediadores de lectura, que aún no aprendieron a leer".

Hace unos años atrás viajé a Espantapájaros Taller, en Bogotá,  a aprender sobre libros e infancias. Volví al año siguiente y  empecé a escribir esto que quedó olvidado por ahí. 

Espantapájaros, es un jardín infantil, una librería, y un taller, a donde asisten, niñas y niños desde los 8 meses a compartir cuentos (a escucharlos, a cantarlos, a saborearlos). Su directora es Yolanda Reyes, especialista en lectura en la primera infancia.  "Cuentos en pañales", es una actividad lúdica en torno a los libros , que hacen una o dos veces por semana. Lucía Liévano, fue mi mentora y quien se encargaba de las sesiones de cuento cuando estuve de visita. Durante unos 30 minutos (o más dependiendo de la edad) cantaban y contaban, bebés junto a sus cuidadores adultos.




Al crecer, después del año, algunos optan por asistir al jardín donde el ritual de la mañana arranca leyendo.  Los viernes, es la ocasión de pasar por la biblioteca, para escoger  los libros que se llevarán a casa. 





Son lectores, algunos, desde hace 3 o 4 años, aunque tengan esa edad. 

Julieta, tenía poco más de 3 años y  un hermano menor, Rafa (de un año), al que disfrutaba leerle. Sus padres me contaron, que se aprendió Diccionario para bebés, de Elisabeth Brami, de memoria.



 Los recuerdo a ambos sentados en el sillón de la sala familiar (es tan alto es el sillón, que aletean en el borde sus piecitos gordos), compartiendo lecturas. Julieta va pasando las páginas una a una, haciendo los sonidos y señalando las palabras, como si realmente estuviera leyendo para Rafa. Su hermano la acompaña atentamente, apuntando con sus dedos gorditos, ríe y disfruta de aquello que le llama la atención. Cuando termina, comienza a golpear con insistencia la tapa del libro, pidiéndole que vuelva a empezar. Comparten un lenguaje común, que casi no lleva palabras, apenas unas onomatopeyas, que repiten cada tanto, Se relacionan a través de esas imágenes que saben cargadas de significado. A veces, leen a dos voces, Julieta inicia un sonido, y Rafa lo completa.

Los hermanos mayores que asisten a Espantapájaros, saben que un libro es algo por lo que vale esperar quizás toda una semana para llevarlo a su casa, y quieren compartirlo con sus hermanos más pequeños. Sibila, la  madre  de Julieta, me contaba que un viernes, en la biblioteca de Espantapájaros, escogió cuatro libros para llevarse a su casa y se los pasó a Lucía, su maestra. Ella se los devolvió diciéndole:

- Juli, tu sabes muy bien que solo puedes llevar 3 libros, ve y deja uno.

La niña, con toda la seguridad de sus 3 años le respondió:

- ¡Es que solo llevo tres libros para mí, este es para mi hermano!.

Y allá se fueron entonces,  los cuatro libros en su bolsa, rumbo a su casa.

B., otro alumno de Espantapájaros, es hermano mayor de J.,  que con 8 meses asistía a Cuentos en Pañales. Es su mamá la que me contó, que en su bolsa de los viernes, no olvidaba llevar un libro para compartir con su hermanito.

G. era un bebé, el primer año que visité Espantapájaros,  aún le costaba quedarse en el jardín, y preguntaba por su mamá en todo momento. Ella estaba embarazada de su hermanita, y G, que casi no hablaba, se iluminaba al verla llegar . Al año siguiente cuando regresé me lo encontré transformado en un hermano mayor. Su madre me mostró un video, en donde juntos en el sofá de su casa.  “le lele” (en sus propias palabras), a su hermanita. Al verlos, cualquier diría que son demasiado pequeños , pero lo hacen son los mejores mediadores.

Aprendieron desde la cuna,  su amor por los libros, y no lo esconden sino que lo comparten. 

En este día tan especial, espero que muchos libros encuentren a muchos lectores de todas las edades. Principalmente a aquellos que no creemos que pueden leer.

Cuando un libro realmente alcanza a un lector,  la lectura puede transformarse en alimento,  manta,  juego,  caricia, o abrazo.

Lo digo, porque ellas y ellos, sin mediar palabra, me lo enseñaron.




Si quieren leer más sobre mi experiencia en Espantapájaros pueden ver acá y acá

lunes, 20 de julio de 2020

Mi segunda visita a Espantapájaros (continuación...)

Este artículo, apareció publicado, en el blog de Espantapájaros.

La preferencia de los grandes de Espantapájaros (dedos ágiles, y pies ligeros)
   
                                                                                                                 Por Pato Pereyra


Al volver a Espantapájaros tuve la inmensa alegría de encontrarme con algunos de los pequeños que había conocido en mi viaje anterior. Los recordaba contándome sus cuentos, sin necesidad de usar palabras. Apenas un parpadeo, una sonrisa, un cabeceo, alcanzaba para narrarme su historia favorita. Fueron mis maestros, los que me iniciaron en la Literatura para la Primera Infancia. Reconocerlos y sentarnos a charlar sobre sus lecturas fue como recuperar la magia.

Rebeca (2 años y 11 meses) prefiere libros de dinosaurios y de animales, según me contó su madre. En la librería de Espantapájaros conocen sus favoritos: Mini Dinosaurios en tercera dimensión Estegosaurio de Océano Travesía. Estos libros sobre animales son los que Rebeca suele llevarse en préstamo a su casa. Recuerdo bien que el año pasado me pidió que le leyera muchas veces el libro Buenas Noches, Gorila de Peggy Rathman. En realidad, ella fue quien me lo leyó varias veces hasta que lo aprendí. 




A Rebeca pude acompañarla a la biblioteca en reiteradas ocasiones. El primer viernes, mientras la observaba caminar, con ese andar de gacela, escogió un libro y lo guardó bajo su brazo. Desierto, parecía un libro informativo, con mucho texto, sin embargo, entendí por qué lo prefería: desde su portada un enorme camello nos observaba. Entraba claramente en la categoría de sus preferencias. A la semana siguiente, volvió a elegir un libro con una portada de animales: La carta de la Señora González de FCE.

Antes de regresar a Buenos Aires le pedí a Rebeca que me acompañara a la biblioteca y escogiera libros para mí. La excusa fue que quería llevarme para los niños argentinos los libros favoritos de mis amigos del jardín en Colombia. Pensé que me diría que no, ella tan tímida, tan distante… pero aceptó y me honró con su mano.

¡Los tres elegidos fueron libros de animales! A veces esta constancia sorprende a los padres. En una de nuestras conversaciones, la madre me aclara: “es ella la que elige”, y nadie lo duda.

Es curioso como los padres nos sorprendemos de que nuestros hijos pequeños tengan tan claras sus elecciones. Sin embargo, no haríamos esto si un amigo nos manifestara que solo lee ciencia ficción o novelas históricas. Creo que en sus preferencias se manifiesta desde pequeños la esencia de lo que es cada uno. Me recuerdo de pequeña, leyendo con interés las enciclopedias con imágenes de animales. Me fascinaban las que tenían preguntas, intentaba averiguar más sobre las peculiaridades de la rata canguro o del kiwi -que no solo era una fruta sino un ave-. Esa curiosidad por el mundo natural no se me ha quitado y aunque mis intereses hoy en día son muy variados, siento que aquello que disfrutamos de chicos, de algún modo, nos marca un camino que elegir, un norte a donde regresar si perdemos el rumbo (*).

Para Ivanna (de casi cuatro años), otra alumna del jardín, los dinosaurios también son un disfrute. Asociamos los dinosaurios con los varones, como si fueran un imperativo del género, pero esto no es así. Stephen Jay Gould, paleontólogo y gran divulgador científico, comentaba que él era un muchacho chiflado de los dinosaurios cuando era pequeño. “Una vez le pregunté a mi colega Shep White, un afamado psicólogo infantil, por qué los niños sienten tanto interés por los dinosaurios. Me dio una respuesta elegante y sucinta a la vez; grandes, feroces y extintos”.(**)

El papá de Ivanna me contó que su hija se había llevado a casa libros de dinosaurios, y debido a eso le está comprando una colección de National Geographic, de venta en los kioscos. Sus elecciones han ido afianzándose a medida que crece: el año pasado, Ivanna elegía libros que se relacionaban con el uso del baño, me dice, como El pequeño topo que quería saber quién le había hecho eso en la cabeza de Werner Holzwarth y Wolf Erlbruch. Aunque el padre lo asocia a un período de su desarrollo (el tema del control de sus esfínteres), este libro informativo también habla precisamente de animales. Otro de sus favoritos era ¡Más te vale, Mastodonte! De Micaela Chirif. 




Lucía (recién cumplió 3 años) y en palabras de su padre, “es una devoradora de libros” (curioso que hablemos así de alguien que aún no ha comenzado a leer, pero hay varios entre los que asisten a Espantapájaros a los que les cabe este título). Entre sus favoritos estaban El día en que los crayones renunciaron de Oliver Jeffers, y los libros de Dr. Seuss. 

 
Según el papá, esto ocurrió luego de ver las películas. A medida que crecen, sus preferencias lectoras también se alimentan de la televisión o de las películas que han visto. Al revés de lo que pensaríamos, las pantallas, en vez de alejarlos, los llevan al encuentro de nuevos libros.

Juan Felipe Álvarez (4 años) ex alumno de Espantapájaros, pasó por la librería y me dio la oportunidad de volver a verlo (la mamá me dice que él espontáneamente le pidió ir a ver libros). Entre sus elecciones estaba, justamente, uno de dinosaurios, un libro informativo con mucho texto, quizás para alguien de mayor edad. Su madre me cuenta que entre sus libros favoritos se encuentra El expreso Polar, más desde que descubrió que hay una película en Netflix. 



Lo mismo le ocurrió a Hanna, de 4 años, también ex alumna de Espantapájaros. Según me contó la mamá, desde que vio la película de la Princesa Mononoke se volvió fanática de los libros sobre lobos. Entre sus favoritos se encuentra Gorilón, y según me cuenta su madre, esta preferencia por los libros de animales le viene de pequeña.

Julieta, de 3 años y 9 meses, también ex alumna del jardín, es otra “devoradora de libros”. No se detiene, cada vez que nos sentábamos a leer escogía dos o tres libros. Ella fue una de las pocas que podía poner en palabras que le gustaba o disgustaba de un libro. Entre sus favoritos se encuentran los libros sobre relaciones como Es hora de dormir papá, de Coralie Saudo; y Mi mascota, de Yolanda Reyes. 




En estas semanas, cuando le pido a Julieta que escoja de la biblioteca personal algún libro de su preferencia, ella vuelve con Vas a ser la hermana mayor de David Bedford y Susie Poole. Ya hace un año y medio que Julieta es “la hermana mayor” y, por eso, le regalaron el libro. Me cuenta que es un libro que habla de lo que debe hacer una hermana. Conoce muy bien el texto y me lo refiere como si lo estuviera leyendo, contándome hoja por hoja lo que dice.

Esteban, de 5 años, me acompañó a la biblioteca de Espantapájaros en mi último día. Él eligió, sin dudarlo, los que serían sus cuatro libros favoritos. Los tres bandidos, Drigo dragón, Asombrosos lagartos, y Mientras se enfría el pastel, ¡variadas elecciones!

Los tres bandidos está entre los libros que Esteban se lleva a su casa hace ya un tiempo, y sé que lo conoce, porque aunque el título del libro no se veía, no dudó en tomarlo en primer lugar.

Bernardo (de casi 3 años) elegía el año pasado los libros de Yolanda Reyes: Cucú o Ernestina la gallina, favoritos entre los pequeños de Espantapájaros. Cuando volví a Colombia, la madre sorprendida me cuenta que Bernardo le leyó José Tomillo (un claro favorito de muchos niños del jardín). 




A esta edad –la de Bernardo- son muchos los que pueden repetir un texto de memoria, lo que sorprende a los padres. Julieta, por ejemplo, se aprendió El diccionario para bebés que le lee a su hermano pequeño. Bernardo también comparte lecturas con Joaquín.

Pero de esto hablaremos seguramente en el próximo artículo...

* Conversando de esto con Yolanda Reyes, me refirió que sus libros favoritos de pequeña trataban sobre las relaciones interpersonales.

**en el artículo “La estafa de los dinosaurios” en “Brontosaurus” y la nalga del ministro Stephen Jay Gould Crítica editorial