Ida Vitale (Montevideo, 2 de noviembre de 1923) es una poeta, traductora, ensayista, profesora y crítica literaria uruguaya.
Ha recibido diversos premios, entre ellos Premio Octavio Paz (2009) el Premio Alfonso Reyes (2014) el Premio Reina Sofía (2015), el Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca (2016), el Premio Max Jacob (2017) y el Premio Cervantes (2018) que valora "su lenguaje, uno de los más reconocidos en español".
Creció en una familia considerada culta y cosmopolita, de origen italiano por parte paterna.En su infancia llegaban todos los días cuatro diarios que contenían sus respectivas páginas culturales, en las que era "normal" que se incluyeran poemas. Asimismo, en su casa había libros en italiano y francés, y más tarde aprendió italiano en la escuela.
Estudió Humanidades en Uruguay y ejerció la profesión docente. Colaboró en el semanario Marcha; entre 1962 y 1964 dirigió la página literaria del diario uruguayo Época. Fue codirectora de la revista Clinamen e integró la dirección de la revista Maldoror.
Con la dictadura cívico-militar de Uruguay (1973-1985) se exilió a México en 1974 y, tras conocer a Octavio Paz, este la introdujo en el comité asesor de la revista Vuelta. Además participó en la fundación del periódico Uno Más Uno y continuó dedicada a la enseñanza, impartiendo un seminario en El Colegio de México. Amplió su obra cultivando el ensayo y la crítica literaria (que ejerció en El País, Marcha, Época, Jaque y, entre otras.
A la muerte de su esposo regresó a Uruguay donde reside actualmente.
Hubo muchos homenajes de un lado y el otro del Río de la Plata en su día. Se proyectó el documental de su vida en simultaneo.
Residua
Corta la vida o larga, todo
lo que vivimos se reduce
a un gris residuo en la memoria.
De los antiguos viajes quedan
las enigmáticas monedas
que pretenden valores falsos.
De la memoria sólo sube
un vago polvo y un perfume.
¿Acaso sea la poesía?
fortuna
Por años, disfrutar del error y de su enmienda,
haber podido hablar, caminar libre,
no existir mutilada,
no entrar o sí en iglesias,
leer, oír la música querida,
ser en la noche un ser como en el día.
No ser casada en un negocio,
medida en cabras,
sufrir gobierno de parientes
o lapidación legal.
No desfilar ya nunca
y no admitir palabras
que pongan en la sangre
limaduras de hierro.
Descubrir por ti misma
otro ser no previsto
en el puente de la mirada.
Ser humano y mujer, ni más ni menos.
Este mundo
Sólo acepto este mundo iluminado
cierto, inconstante, mío.
Sólo exalto su eterno laberinto
y su segura luz, aunque se esconda.
Despierta o entre sueños,
su tumba tierra piso
y es su paciencia en mí
la que florece.
Tiene un círculo sordo,
limbo acaso,
donde a ciegas guardan
la lluvia, el fuego
desencadenado.
A veces su luz cambia,
es el infierno; a veces, rara vez,
el paraíso.
Alguien podrá quizás
entreabrir puertas,
ver más promesa allá
, sucesiones.
Yo sólo en él habito,
de él espero,
y hay suficiente asombro.
En él estoy,
me quede,
renaciera.
Libro
Aunque nadie te busque ya, te busco.
Una frase fugaz y cobro glorias
de ayer para los días taciturnos,
en lengua de imprevistas profusiones.
Lengua que usa de un viento peregrino
para volar sobre quietudes muertas.
Viene de imaginaria estación dulce;
va hacia un tiempo inexorable solo.
Don que se ofrece entre glosadas voces,
para tantos equívoco, se obstina
en hundirse, honda raíz de palma,
convicto de entenderse con los pocos.
Gotas
¿Se hieren y se funden?
Acaban de dejar de ser la lluvia.
Traviesas en recreo,
gatitos de un reino transparente,
corren libres por vidrios y barandas,
umbrales de su limbo,
se siguen, se persiguen,
quizás van, de soledad a bodas,
a fundirse y amarse.
Trasueñan otra muerte.
RECURSOS
el sobresalto fuera del poema y dentro del poema, apenas
aire contenido.
Leer y soltar una frase, una palabra, un rostro. Los rostros,
sobre todo.
Repasar, a pesar de bien lo que callan.
Como no estás a salvo de nada, intenta ser tú mismo la
salvación de algo.
Caminar despacio, a ver si, tentado el tiempo, hace lo mismo.
LA GRAN PREGUNTA
¿Qué hacer? ¿Abrir al mar la estancia de la muerte? ¿O enterrarse entre piedras que encierran amonitas fantasmas y prueban que fue agua este humano desierto?
VEGETARIANO
¿Será tan malo vegetar? ¿Habrá que echar raíces, con la permanencia que eso implica? Quizás baste un poco de
arena, pero entonces será un cactus lo que venga a nuevo estado. Sin duda será mejor buscar para la experiencia un poco de buena tierra negra, porque tampoco cualquier tierra se presta para la aventura que comienza. ¿Serán suficientes unos brotes? Pero por más que uno se ponga voluntarista, aquellos no van a aparecer por ningún lado si no logra una mínima raíz. Y para esto se necesita quietud. ¿Hundimiento y quietud?
DEMASIADO TARDE
Lo que el verano nos quita, el lugar que el verano nos deja, el don del estornino, su ir y venir ansioso entre su sala de pastos, ¿su selva?, su desaparecer —hacia dónde?— con su verdoso salpicado de oro. , si el viento de pronto se levanta, si aquella nube, para nada esperada, gotea.
RENUENTE
Después de los ochenta,
rechazarás el azafrán y el chile,
desde siempre las innobles sandías,
las mentiras del arte del falso.
Dejarán de angustiarte
las teorías estéticas,
la maldad del azúcar,
el ego, las historias
que la gente se inventa
para alegrar el suyo,
la inabarcable gira
de ajenas cacerías.
Mira las piedras y las hojas,
umbrales de la paz,
sin olvidar que
sobre el descuido
alguien guarda tu caída inerte.
haber podido hablar, caminar libre,
no existir mutilada,
no entrar o sí en iglesias,
leer, oír la música querida,
ser en la noche un ser como en el día.
No ser casada en un negocio,
medida en cabras,
sufrir gobierno de parientes
o lapidación legal.
No desfilar ya nunca
y no admitir palabras
que pongan en la sangre
limaduras de hierro.
Descubrir por ti misma
otro ser no previsto
en el puente de la mirada.
Ser humano y mujer, ni más ni menos.
Este mundo
Sólo acepto este mundo iluminado
cierto, inconstante, mío.
Sólo exalto su eterno laberinto
y su segura luz, aunque se esconda.
Despierta o entre sueños,
su tumba tierra piso
y es su paciencia en mí
la que florece.
Tiene un círculo sordo,
limbo acaso,
donde a ciegas guardan
la lluvia, el fuego
desencadenado.
A veces su luz cambia,
es el infierno; a veces, rara vez,
el paraíso.
Alguien podrá quizás
entreabrir puertas,
ver más promesa allá
, sucesiones.
Yo sólo en él habito,
de él espero,
y hay suficiente asombro.
En él estoy,
me quede,
renaciera.
Libro
Aunque nadie te busque ya, te busco.
Una frase fugaz y cobro glorias
de ayer para los días taciturnos,
en lengua de imprevistas profusiones.
Lengua que usa de un viento peregrino
para volar sobre quietudes muertas.
Viene de imaginaria estación dulce;
va hacia un tiempo inexorable solo.
Don que se ofrece entre glosadas voces,
para tantos equívoco, se obstina
en hundirse, honda raíz de palma,
convicto de entenderse con los pocos.
Gotas
¿Se hieren y se funden?
Acaban de dejar de ser la lluvia.
Traviesas en recreo,
gatitos de un reino transparente,
corren libres por vidrios y barandas,
umbrales de su limbo,
se siguen, se persiguen,
quizás van, de soledad a bodas,
a fundirse y amarse.
Trasueñan otra muerte.
RECURSOS
el sobresalto fuera del poema y dentro del poema, apenas
aire contenido.
Leer y soltar una frase, una palabra, un rostro. Los rostros,
sobre todo.
Repasar, a pesar de bien lo que callan.
Como no estás a salvo de nada, intenta ser tú mismo la
salvación de algo.
Caminar despacio, a ver si, tentado el tiempo, hace lo mismo.
LA GRAN PREGUNTA
¿Qué hacer? ¿Abrir al mar la estancia de la muerte? ¿O enterrarse entre piedras que encierran amonitas fantasmas y prueban que fue agua este humano desierto?
VEGETARIANO
¿Será tan malo vegetar? ¿Habrá que echar raíces, con la permanencia que eso implica? Quizás baste un poco de
arena, pero entonces será un cactus lo que venga a nuevo estado. Sin duda será mejor buscar para la experiencia un poco de buena tierra negra, porque tampoco cualquier tierra se presta para la aventura que comienza. ¿Serán suficientes unos brotes? Pero por más que uno se ponga voluntarista, aquellos no van a aparecer por ningún lado si no logra una mínima raíz. Y para esto se necesita quietud. ¿Hundimiento y quietud?
DEMASIADO TARDE
Lo que el verano nos quita, el lugar que el verano nos deja, el don del estornino, su ir y venir ansioso entre su sala de pastos, ¿su selva?, su desaparecer —hacia dónde?— con su verdoso salpicado de oro. , si el viento de pronto se levanta, si aquella nube, para nada esperada, gotea.
RENUENTE
Después de los ochenta,
rechazarás el azafrán y el chile,
desde siempre las innobles sandías,
las mentiras del arte del falso.
Dejarán de angustiarte
las teorías estéticas,
la maldad del azúcar,
el ego, las historias
que la gente se inventa
para alegrar el suyo,
la inabarcable gira
de ajenas cacerías.
Mira las piedras y las hojas,
umbrales de la paz,
sin olvidar que
sobre el descuido
alguien guarda tu caída inerte.
Les dejo también este video para escucharla. Con su lucidez y su sentido del humor. Cuenta que se inició con "La guerra y la Paz" en la lectura 😁 Este video fue filmado en octubre de este año en España donde estuvo para presentar su último libro.